Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 566 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier Y esta práctica se mantiene en nuestros días: hoy el ensayo periodístico ha ido adquiriendo un perfil propio y un lugar importante en el periodismo contemporáneo, y, de manera destacada, en la prensa española, como pone de relieve C. Colin Smith (1995, 77-78) al compararla con la británica: […] Al aproximarme al español […], se me ocurre mencionar un aspecto en que la prensa española, la nacional “de calidad”, diaria, se diferencia de la británica. En páginas centrales de La Vanguardia o de El País o de ABC , observamos con cierta frecuencia extensos ensayos de destacadas figuras de la vida intelectual y artística, a veces extranjeras, sobre temas importantes de nuestro tiempo. Esto creo que es mucho menos frecuente en Gran Bretaña, o mejor dicho, las personas equivalentes escriben, si es que escriben, en las revistas semanales o mensuales, de carácter algo especializado y con tiradas bastante reducidas. Esto en España vale como parte integral del periodismo aun cuando los que escriben no sean periodistas de oficio, y es un punto fuerte no sólo por el contenido intelectual sino también por el alto nivel estilístico que se aprecia en tales ensayos, modelos para muchos. En días muy recientes han aparecido ensayos de este tipo debidos, por ejemplo, a Laín Entralgo, Lázaro Carreter, Vargas Llosa y Goytisolo. La observación del hispanista británico es perfectamente extrapolable a otras épocas (recuérdense escritores ilustres como Unamuno, Ortega, Larra, Azorín, Valle-Inclán, que también ejercieron el ensayismo periodístico), y, por supuesto, al ámbito hispanoamericano (Bello, Picón Salas, Uslar Pietri, Rosenblat o Moreno de Alba), 4. LA DIVULGACIÓN LINGÜÍSTICA Frente a la divulgación de las ciencias experimentales, las disciplinas técnicas o las de la salud, en las que puede resultar de interés para la mayoría el descubrimiento de un nuevo fármaco, de un material ultraligero o el último invento en telecomunicación, la divulgación de cuestiones relacionadas con los avances que se producen en el seno de las ciencias sociales o humanas no parecen tener tanta trascendencia social. Ni la aplicación de técnicas modernas a los estudios paleográficos o los posibles logros de la fonética acústica despiertan la curiosidad en quienes no están relacionados o familiarizados con la historia o con la filología. Sí interesa, y mucho, cuál es, por ejemplo, la situación del español en relación con otras lenguas del mundo, o cuál el lugar que ocupa entre las lenguas de la Unión Europea, o si esta u otra modalidad dialectal se aproxima más o menos al prototipo de norma culta; y, desde luego, interesa todo lo relacionado con los diccionarios: la aparición de un nuevo repertorio siempre despierta un interés inusitado, y los medios de comunicación se hacen eco de estas nuevas publicaciones. Al fin y al cabo, nuestra lengua no solo es importante como
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