Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 561 – De la mente al origen del lenguaje • César Hernández Alonso producción del lenguaje, necesitan llegar a una predisposición y madurez que permitan la emisión intencionada de mensajes mínimos. Asimismo, mantienen esa capacidad y la desarrollan durante unos años. Pasados estos, si no se han puesto a funcionar los mecanismos productores del lenguaje, es muy difícil que el ser humano, aislado de toda sociedad y sin haberse comunicado en ese plazo, adquiera un sistema lingüístico. Aún más, su cerebro evolucionará de modo algo diferente al de un niño en sociedad que habla y oye hablar. El hombre sin lenguaje, el niño sordomudo de nacimiento, sufre, en principio, una deficiencia. Su pensamiento no está desarrollado, o lo está de distinta manera. Pero es posible su relación e intercomunicación a través de un sistema subsidiario de signos. ¿Quién no evocará los casos célebres de los niños-monos? El niño totalmente aislado desde su infancia durante largos años no es un hombre pleno; un niño sin contacto humano no habla, le falta algo esencial al hombre. Recordemos, también, con Malson 11 el caso de los dos niños raptados por una loba en Midnapore (India); tras vivir entre lobos, fueron hallados por un misionero a la edad de 2 y 8 años, respectivamente. La pequeña murió muy pronto; Kamala sobrevivió nueve años. Era, aun físicamente, parecida a los lobos, corría a cuatro patas, profería aullidos, prefería el contacto con los lobos, no tenía mímica facial, no mostraba emotividad. Solo vertió una lágrima al morir la pequeña. Apenas aprendió a andar erguida y a usar las manos; no aprendió más de 50 palabras. Pero ni reía ni sonreía. Se le pasó el momento en que su cerebro estaba capacitado para desarrollar el lenguaje y no llegó a adquirir el lenguaje pleno. El caso del niño ilegítimo que Davis en 1940 estudió, es muy interesante: lo encontraron, a los 6 años, encerrado en un cuarto oscuro del que jamás lo habían sacado. No sabía andar, solo bebía leche y tardó más de siete meses en aprender algunos sonidos y en echar a caminar. Recordemos, en fin, el caso de algunos célebres sordomudos-ciegos de nacimiento. Solo con una durísima reeducación se logró parte de lo que cualquier niño obtiene insensiblemente en muy corto tiempo. Casos como el de Marie Heurtin o el de Hellen Keller son suficientemente explícitos. Y es que el lenguaje forma y desarrolla el pensamiento y nos da una cosmovisión, un simbolismo, un mundo interior plasmado sobre el exterior, un sentido de la vida. El hombre, además del lenguaje hablado, tiene otros sistemas para comunicarse con los de su especie, como ya anticipamos. Pero estos medios de comunicación son subsidiarios, complementan y a veces llegan a anular el sistema principal, como dijimos, no son autosuficientes ni enteramente autónomos. 11 Les enfants sauvages , 1964.

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