Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 529 – Las endechas a la muerte de Guillén Peraza y el Otoño... • María Eugenia Góngora En realidad, las coplas por Guillén Peraza no muestran especial parentesco ni con el planh provenzal ni con las defunciones , consolaciones y plantos que lo ponen al día en la España del siglo XV, sino que responden a un esquema harto más antiguo y para entonces literariamente menos trivial. El segundo libro de los Reyes (en la Vulgata y en los Setenta) se abre con la escena en que David recibe la noticia de que Saúl, su hijo, y Jonatán, el hijo de Saúl, han perecido en los campos de Gelboé frente a los filisteos. Luego, cuenta el hagiógrafo, “planxit David planctum huiuscemodi super Saul et super Ionathan filium eius” 8 (Rico 1990: 141) El texto del primer capítulo del Libro II de Reyes (modernamente denominado Libro II de Samuel), es efectivamente un gran lamento fúnebre y muchos de los elementos que encontramos en el lamento de David por la muerte de Saúl y de Jonthan su hijo, están también presentes en nuestras Endechas: la invitación al llanto de las mujeres, la maldición del lugar de la muerte de los héroes y la mención de sus armas. Es importante consignar que en su artículo de 1980-1, Irma Césped había ya propuesto esta línea interpretativa, afirmando: “Una y otra vez se nos asocia en el recuerdo la poesía hebrea y su forma elegíaca denominada Kina ( pl. Kinot) : “Lamentación o elegía sobre el tema de la destrucción del Templo de Jerusalem” ( 40: 107). Pero es aquí, en el tópico de la execración de la tierra, donde se hace más evidente la analogía con el llanto de David por Saúl y Jonatán ( 11 Samuel, I, 19 a 27; cf. especialmente vv. 21 y 24)” (Césped, 1980-1, n. 12, p. 989). Siguiendo por otra parte y muy de cerca la interpretación de Irma Césped, me parece que está claro que el carácter elegíaco del poema está presente desde el primer verso de este poema, con la llamada a expresar el dolor: “llorad las damas…” y con una secuencia de términos que culmina con la sentencia final “Todo lo acaba la malandanza”: Llorad se mantiene latente en todos los versos del poema. Se relaciona directamente en cuanto destino nefasto, con marchita, retama (subrayado por la oposición con palma ), ciprés, triste, desdicha (reiterado y con epíteto pospuesto [ mala ]), rompan, tristes, pesares (enfatizados por la oposición 8 Reproducimos aquí parcialmente el texto en referencia: “David entonó esta elegía por Saúl y su hijo Jonathan.(…) Dijo: “La gloria, Israel, ha sucumbido en tus montañas. ¡Cómo han caído los héroes! (…) Montañas de Gelboé: Ni lluvia ni rocío sobre vosotras, campos de perfidia, porque allí fue deshonrado el escudo de los héroes. El escudo de Saúl ungido no de aceite, ¡más de sangre de muertos, de grasa de héroes! (…) Hijas de Israel, por Saúl llorad, que de lino os vestía de carmesí, que prendía joyas de oro de vuestros vestidos. ¡Cómo cayeron los héroes en medio del combate! (…) ¡cómo cayeron los héroes, cómo perecieron las armas de combate!” ( Biblia de Jerusalén, Libro Segundo de Samuel, 1, 17-27, p. 336)

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