Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 453 – Dialectalismos en el Diccionario castellano de bolsillo ... • Mariano Franco Figueroa apartado de los diccionarios 10 , creyó necesario intervenir para adecuarlos al uso habitual del público que los consultaba. Edita algunos propios 11 y encarga otros a especialistas en la materia, como Julio Casares, que se ocupa de la elaboración de diccionarios bilingües de español y francés o inglés, o el filólogo M. Rodríguez Navas, que publicó un Diccionario completo de la lengua española (1905). De esta obra dependerá la edición del Diccionario manual ilustrado (1908), de Saturnino Calleja, y el Diccionario popular de la lengua española , s. a., que Alvar Ezquerra (2012) acota entre 1905 y 1915, fecha de la muerte del autor, y que recuerda que, en su prólogo, se dice que es reproducción reducida del de Rodríguez Navas. En abril de 1914, como consta por la firma de Saturnino Calleja en su prólogo, aparece el Nuevo diccionario enciclopédico de la Lengua Castellana , como una Enciclopedia abreviada , según su portada, con aumento de volumen por la información con mapas y planos, pero que reproduce “a plana y renglón” el contenido del Diccionario manual , en su nueva edición fechada en 1913 (Alvar Ezquerra 2012: 174). La publicación de todos estos repertorios lexicográficos sigue los criterios comerciales de Calleja, que aúna el deleite en la enseñanza con el formato más asequible para todos los públicos. Si en la presentación de los cuentos tenían cabida las diferencias de tamaño (algunas colecciones de 70 por 10 mm), de ilustraciones y de composición del tomo (cartoné o tela), como se comprueba en la colección Perla, en las enciclopedias y diccionarios se repite la distinción del formato. En el Nuevo diccionario ilustrado de la lengua castellana. Enciclopedia 10 El logro empresarial y su acogida entre el público infantil y el docente, tanto en España como enAmérica y Filipinas, explican la irrupción igualmente en el contexto lexicográfico y sus continuadas ediciones y revisiones de sus diccionarios, como modo de difundir conocimientos y cultura (Fernández de Córdoba y Calleja 2006: 31-38). 11 Fernández de Córdoba y Calleja (2006: 134) señala el Diccionario popular de la lengua española , el Diccionario manual ilustrado de la lengua española e hispano-americana , el Diccionario breve francés-español y español-francés , el Diccionario inglés-español y español- inglés . Alvar Ezquerra (2012) plantea dudas sobre algunas descripciones catalográficas de sus diccionarios con un seguimiento de la editorial: recoge el Diccionario general de la lengua castellana , de J. Vélez, seudónimo de Enrique Vera y González, con numerosas ediciones a finales del s. XIX y comienzos del XX, el Diccionario completo de la lengua española , de Manuel Rodríguez Navas, de 1905, además del bilingüe español-francés. Si el Diccionario completo se anuncia como obra que acoge un amplio número de americanismos y de tecnicismos (unas 95.000 entradas, muchas de ellas términos patronímicos), su contenido es deudor del Diccionario enciclopédico (1895) y del Diccionario de la lengua castellana (1897), de E. Zerolo, M. de Toro y Gómez, y E. Isaza. El nuevo Diccionario manual enciclopédico de la lengua castellana (1908), de Saturnino Calleja, es el mismo de Rodríguez Navas, que ampliará el suyo con la edición del Diccionario general técnico hispanoamericano (1918), que no pertenece ya a la Editorial Calleja. Tampoco localiza el Diccionario manual ilustrado de la lengua española e hispano-americana , aunque sí un Diccionario manual enciclopédico ilustrado de la lengua española e hispano-americana , sin fecha de edición, aunque con el copyright de1924.
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