Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 445 – ElcasodeJuanBecerradelCastilloylaformacióndeunasociedad...•JuanAntonioFrago la Ginesa, la Zorza ), y “otras personas naturales de la villa de Palos”. Varios de ellos pasarían a la Puebla de los Ángeles, donde Bartolomé fue regidor, y tiene presencia textual “un negrillo que se dice Francisco, ques de Catalina Vélez Rascón” y un mulato suyo 19 . 5.2. Casi al final de la contienda por la Independencia un articulista que se dice patriota , veía que enAmérica “sus territorios son grandes, su civilización es casi la misma” y se proclamaba que con los españoles había “los vínculos de la sangre, la lengua y la religión” (Frago 2010: 296, 302). De antiguo se conocían diferencias con el español europeo (“como acá se dice”, “al uso de la tierra”), y a las que había entre americanos aludiría con algún desprecio Bolívar sobre los soldados rioplatenses de San Martín, que confirmaría la conciencia lingüística de la elite criolla en Colombia y el general Rosas en Argentina después (Frago 2008). Esa diversidad diatópica la habían ido marcando la facilidad o dificultad en las vías de comunicación, la actividad comercial, la existencia de grandes centros urbanos o su lejanía. También el aislamiento de no pocas comunidades y los mismos cambios en los flujos migratorios, que por un lado afectan a la distribución poblacional de islas, zonas costeras y otros lugares con mayor pervivencia de las primeras inmigraciones, de más perfil andalucista por consiguiente, y por otro lado los dirigidos a tierras de altiplano. Así, respecto a Colombia se ha señalado que hacia 1778 en sus zonas andinas se concentraba el 62 por ciento de su demografía, mientras el 38 por ciento restante residía en territorio mucho más amplio, formado por las vertientes y llanuras cálidas y tropicales del oriente, norte y centro de Nueva Granada (Lucena Salmoral 1988-1990: II, 685). 5.3. Debe contarse asimismo con la influencia portuguesa, no solo desde el Brasil, sino también la ejercida desde el principio en numerosos puntos de la geografía americana, o con casos tan complejos como el de que en Lima el año 1613 vivieran “una mujer, herrado el rostro y la barba, que dixo llamarse Elena y ser de la Yndia de Portugal de Lisboa, y abrá una año que bino de México con su amo” y “un yndio que dixo ser del Xapón y a un año que está en la ciudad” 20 . O con el papel de tantos vascos o “vizcaínos” bilingües con su característico seseo, que pudo ser un apoyo del andaluz y canario, del que señalé un sesárea de Martín de Aranguren y el más abundante de Martín Abad 19 AGI, México 95, Probanza judicial sobre Hernando de Nava, en la que se halla un muy andaluz “en ca del doctor de la Torre” (f. 306r). 20 BNE, Padrón de los Indios que se hallaron en la Ciudad de los Reyes del Pirú, hecho en virtud de la comissión del Excmo. Marqués de Montes Claros, Virrei dél. Por Miguel de Contreras, escribano de su Magestad, año 1613 (ff.249r-259v).

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