Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 436 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier en la conjuración de Martín Cortés y los hermanos Ávila, sobrinos deAlonso de Ávila, capitán y procurador de Hernán Cortés y primer contador de Nueva España: El ser desta tierra está colgado de las minas de plata y, como son minas, acábanse. Ya no ai oro y, si no ai plata, avremos de tener por tesoro y por caudal pan y carne, y, en no teniendo con qué mercar las cosas de Castilla, no vernán. Y tienblo de pensar, desque esto sea, qué será, porque ya tenemos todos muchos hijos y todos ellos saben las pocas mercedes que su magestad a hecho a quien esta tierra ganó y gela dio después de Dios. Abundaría Tapia en la necesidad de gobernantes probos y experimentados, pues don Antonio de Mendoza “está en esta tierra quinze años y agora la començava a entender”, con el reiterado lamento de que se legislara tan lejos y con desconocimiento de la real dimensión y variedad de los dominios ultramarinos: Esta tierra y parte y la mayor parte de todas las Indias son tan mudables en sí y en sus calidades, que casi cada año es menester nuevo Consejo y nuevas ordenanças para las governar. No sé cómo a esos señores del Consejo les pareçe que basta con ordenallo desde allá una vez para toda la vida y unas leyes generales para toda la tierra, siendo acá tan larga como es, y que aun en Castilla no se sufre ni sería buena orden que en Sevilla aya las mismas ordenanças que en Vizcaya o en Galizia en cosas, y así proveen generalmente acá no se carguen, no aya tributos personales. Llega a exclamar Tapia “por qué querrán esos señores desde allá hazer leyes para acá”, rechazo que, claro está, se hace por la casta del referido “regimen semiseñorial” y su descendencia, pero también apunta la incomprensión del indiano por parte del peninsular, al señalar Terrazas cómo a los que acompañaron a Cortés a la Corte con retintín los llamaban los peruleros por su indumentaria de luto, con su creencia de “que a los que somos de Indias no nos crean esos señores…, porque ya se sabe que a los de acá nos cortan por una tigera a todos”. Para el indiano de origen español su tierra ya era América. 3. EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD COLONIAL Y CRIOLLA 3.1. Ese afán de arraigo de quienes a tierras americanas llegaron por motivos de conquista y luego de colonización, o por otras causas, y permanecieron en aquellos dominios de promisión y de conflictos, pertenece a lo que Krauze llama “movimiento de apropiación cultural del mexicano domicilio” (2005: 34), sentimiento tan profundo que trasciende a la misma muerte, así en el caso de Martín Cortés, quien en 1589 dispone en Madrid que “sean llevados mis güesos a la Nueva España…, y sean enterrados en el Colegio que el Marqués, mi señor, de gloriosa memoria, mandó hacer en la Nueva España” (Matilla Tascón 1983: 84). Y Pedro Meléndez de Avilés en sus últimas voluntades de
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=