Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 433 – ElcasodeJuanBecerradelCastilloylaformacióndeunasociedad...•JuanAntonioFrago de la “Casa de Francisco de Terrazas, vecino y conquistador de México, vino con Cortés”, se dice que “tiene indios” y se cuentan tres nietos suyos legítimos, Francisco de Terrazas, Luis de Terrazas y Pedro de Terrazas, “el padre de estos, que fue el hijo mayor del conquistador y de su nombre, fue un excelentísimo poeta toscano, latino y castellano”, con indicación de “sucesión ilegítima” del de Fregenal en cuatro nietos naturales frutos del mestizaje, Hernando de Terrazas, Diego Márquez, Hernando de la Serna y Hernando de Castro; su abuela Ana de Castro por tanto era india, y dos bisnietos también ilegítimos, Hernán Gutiérrez de Terrazas y Cristóbal deAguilar (Torre Villar 1987: 158-159). En 1554 figura este personaje como encomendero de la mitad de los pueblos de Igualtepec, Asuchiquilazala y Tulancingo, él como primer tenedor, segundo su hijo mayor, el primer poeta criollo (Sarabia Viejo 1978: 246). 2.1.5. La inexperiencia indiana del peninsular, el continuo cambio de cargos enviados de la Península (administrativos, judiciales, políticos), el cúmulo de leyes y normas, no pocas veces contradictorias, con el poder supremo y las intrigas en torno al Consejo de Indias a tanta distancia, desasosiegan a Terrazas, que pide al rey un gobernador “que sea temeroso de Dios y sabio para que tenga en todo lo de acá el poder de vuestra magestad”: porque es gran detrimento yr dos mill leguas a buscar el rremedio de cosas que quando allá llegan ya son menester otras muy diferentes, y esto se excusava cometiéndose todo acá, o lo más, y que vuestra magestad confíe de uno y no aya tanta mudança, que cuando un governador comiença a experimentar las cosas de veras y a entenderlas, entonces viene otro a deprenderlas de nuevo, y ansi no ay rreyno en el mundo que tantas mudanças como esta tierra padezca, por lo qual es ynstable y nadie osa perpetuarse en ella por la muchedumbre de leyes y premáticas que sobre ella vienen. En efecto, el problema del buen gobierno y de lo que la lejanía de España en su perjuicio podía suponer, llena muchos folios en la documentación indiana, así donde los de Nueva Galicia suplican al rey en 1607 los libre “con la brebedad que sea pusible” del “summo rigor y aspereza con que son tratados” y “mande probeer de Presidente y Governador destaAudiencia y Reyno”, con el temor de que “el ver recebido una vez el agravio, tenemos a V. M. más de dos mill leguas de nuestros ojos , que, antes que lleguemos a ellos y a sus pies por el rremedio que pedimos, faltan las vidas y haziendas que guardamos y conservamos para servir a V. M.” 6 Y en 1592 el Cabildo de la misma capital de Nueva Galicia solicita a la Corona se le permita vender cuatro regimientos por la necesidad dineraria que sufría, pero no a ganaderos y labradores, porque al ser “los que an de moderar el 6 AGI, Audiencia de Guadalajara, 30, núm. 26, 20 de abril de 1607.

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