Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 432 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier a todos los quales deve V. M. cerrar la puerta”. Pretende Terrazas desacreditar la doctrina impulsora de las Leyes Nuevas, pues el mantenimiento de las primeras encomiendas sería “lo que conviene a la buena poblazón de esta tierra y conservación della”, y así suplica al rey: mire bien la lealtad y grandes servicios destos sus vasallos tan fidelíssimos, que con tanto trabajo y muertes de honbres y derramamiento de sangre tantos rreynos an acreçentado en su real corona, y mande v. m. seamos rremunerados con no quitar los pueblos a los que los tienen ni a sus deçendientes, y dar otros a los que no los tienen y los an merecido… En otra manera, v. m. porná en detrimento y a punto de perderse la tierra, y no la tornará a ganar toda España. 2.1.4. El mismo criterio de la experiencia maneja Terrazas en cuanto a la imposición de tributos, que deberían ser “tasados a vista de ojos, pues v. m. ansí lo tiene mandado por su rreal provisión y nunca se a hecho”, y que “los indios los diesen de lo que ellos mismos en sus tierras tienen”, pues “los que dan oro son muy pocos”, y los que en tierras de calor destempladas “pasan afliçión en buscar un granico de oro por rríos y quebradas para pagar sus tributos, y esto a gran costa de sus vidas”. Parece lamentar que “tanto tesoro se aya sacado de esta tierra para España… y si v. m. biviese en estos rreynos no vernían los yndios en esta necessidad, porque todo el oro y la plata se gastaría en la tierra”, y “viendo los pobladores que v. m. lo aplica todo para sí, todos están como huéspedes, para yrse a morir a su natural”. El ideal económico de Terrazas era que los indios pudieran tributar, no en especie (cacao, maíz, seda, lana, azúcar, mantillas de algodón), sino como se hacia en España, “pero saliendo toda la masa de la moneda dos mill leguas desta tierra, a donde jamás la puedan cobrar, cómo será posible todo no agotarse”. Al monarca le reprocha que dé mercedes “a los que no le an hecho servicios”, mientras no atiende debidamente a conquistadores y primeros pobladores que con sus sacrificios dieron pie a una riqueza con la que “se an sustentado los grandes gastos que allá a tenido y que esta tierra a enrriquecido a España”. Además, el español indiano “con lo poco que nos queda” ha de socorrer “ynfinidad de pobres que allá no pueden sufrir los pechos ni sustentar sus hijos, y con el rremedio que acá hallan entre nosotros se buelven a sus casas…, que parece claro ya Castilla fuera despoblada si no fuera el socorro destas partes con que se sustenta”, e insistirá en una imagen social, “gente pobre que cada día viene de Castilla; para rremediarlos no se gasta poco”, que cundiría en el argumentario criollo con las demás quejas económicas del conquistador extremeño. En su carta hay alusión a la cuestión del mestizaje, por el gasto con “mestizas huérfanas que criamos y las casamos con españoles para que no se pierdan entre los yndios, que son ynfinitas”, también a lo que suponía la mano de obra negra, escasa en los primeros años, pero que ya abundaba en las minas de oro y plata que se habían descubierto, “la mayor parte de las quales sustentan los que tienen pueblos…, dozientos y trezientos esclavos cada uno”, “gastan casi todo lo que sacan en conprar negros y otros esclavos ”. Por cierto, en la Sumaria relación
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=