Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 427 – ElcasodeJuanBecerradelCastilloylaformacióndeunasociedad...•JuanAntonioFrago Don Bernardo de Estrada, nieto legítimo Diego Díaz del Castillo, hijo natural y mestizo. Tiene cédulas de su majestad para que le provean Santos de Ocampo, casado con hija del dicho Diego Díaz Con posterior referencia al mencionado hijo de don Bernal: Bernal Díaz del Castillo, vecino de Guatemala. De esta casa proveen a Diego Díaz del Castillo, hijo: tienen 300 pesos de ayuda de costa en la real caja, es bastardo. Este es el que tiene cédula del emperador en que manda le den uno de cuatro cargos, nunca se ha guardado en este caso, y yo informaré cuando fuere menester (Torre Villar 1987: 377). No aparece en esta relación Juan Becerra del Castillo, solo Diego Díaz del Castillo, hijo de la india guatemalteca Angelina, mestizo pues e ilegítimo, bastardo se le llama en el mismo asiento, ya que la legitimidad filial radicaba en la descendencia del cronista con Teresa Becerra, de quien procedería el nieto legítimo, don Bernardo de Estrada. Tampoco se da en la Sumaria relación noticia de Pedro del Castillo Becerra, que en abril de 1613 obtendría documentación oficial sobre su padre, ni de Francisco Díaz del Castillo, que, según León Portilla, “se había iniciado con cierto éxito en el arte de hacer demandas” 4 , y desde luego con letra de buen escribano pone su nombre y apellidos al pie del primer documento adjunto, seguramente como parte del cabildo de Guadalajara al que su hermano pertenecía. 1.3. Antes de que se diera la conjunción familiar de estas dos importantes figuras de la conquista mexicana, Bernal Díaz del Castillo y Bartolomé Becerra, al menos el primero de ellos ya había cruzado su sangre con las señoras indígenas Francisca yAngelina, con descendencia mestiza de ambas, y el inicial tronco genealógico iría enriqueciendo el ramaje de la mezcla racial, lo que sucedería a muchos de los participantes en la conquista de los inmensos dominios que llamaron Nueva España, y a los que acudieron con cargos oficiales o con fines comerciales o de cualquier otra índole, igual que ocurrió en otras partes del inabarcable mundo indiano, de lo cual Díaz del Castillo dio bastante información. El propio Hernán Cortés dejaría numerosa prole mestiza, aunque sin igualar la de aquel “soldado que se decía Álvaro, hombre de la mar, natural de Palos, que dicen que tuvo en indias de la tierra treinta hijos e hijas; murió entre indios en lo de las Hibueras” (CCV), y es claro que esa descendencia mestiza no habría llegado a la hispanización de los bastardos de Cortés, de Alvarado o del mismo 4 De su hijo Diego en momentos de dificultad recibió el cronista motivo de satisfacción, cuando logró el real reconocimiento de los servicios de su padre y la concesión de un escudo de armas, por cédula de Felipe II, y Francisco, casi ciego Bernal, fue eficaz colaborador en la fase final de la disposición textual de su crónica ( HV , 27, 36-39).
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