Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 41 – Cadencias conclusivas en la música de la prosa • Eliana Albala muestra desde un principio, desde lo inmediato y más obvio; y la segunda como las sugerencias emocionales y afectivas implícitas en la riqueza de la expresión. b) Donde la Forma será vista desde el “significante” deliberado, no arbitrario, de la sintaxis literaria (recordemos que Saussure (2012) ha dicho –desde el punto de vista léxico– que la relación significado-significante de las palabras es arbitraria). c) Finalmente los teóricos de la Estilística concluyen afirmando que la íntima e indestructible relación entre materia y forma establece una estructura indivisible a la que denominan Forma. Esto explica el nombre de la teoría. Sus autores definen el Estilo como Forma de la totalidad expresiva de la obra, Yo, personalmente, no estoy de acuerdo ni con la definición de Estilo ni con el nombre de la teoría, pero esto no ha impedido que muchos de mis estudios críticos y teóricos hayan cumplido con los preceptos fundamentales de Significante- significado y Denotación-connotación. ALGUNOS PÁRRAFOS DE JULIO CORTÁZAR Cortázar, hablando de su propio sentido musical y el de los escritores que ama, insiste en el impulso de sus repeticiones rítmicas, en sus cadencias, pulsaciones, y en la articulación de las palabras que se da en relación con los acentos de la prosa, lo mismo que en el verso. Pero la música del texto no es solo el ritmo sino también la melodía. ¿Qué pasa con algunos párrafos de Julio Cortázar? Un cuento suyo, famoso por su excelente temática y su magnífica estructura irrepetible, imposible de ser imitada si no se tiene el mismo genio de Cortázar, nos deja ver aquí también su melodía. Tengo a la vista “La noche boca arriba”, que se encuentra en el libro Final del juego (2002: 169-179). ¿Qué sucede en el PRIMER PÁRRAFO? Como es un poco extenso copiaremos solamente las últimas líneas, en las que se puede observar la presencia de la rima: […] El sol se filtraba entre los edificios del “centro”, y él –porque para sí mismo, para ir pensando, no tenía nombre –montó en la máquina saboreando el “paseo”. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un “viento” “fresco” le chicoteaba los pantalones. Vemos que pantalones rima con nombre . Dicha asonancia bastaría para afirmar que el párrafo está normalmente rimado, porque la última palabra ha encontrado su equivalente a solo dos líneas de distancia. Sin embargo, llama la atención la presencia abundante de cuatro palabras que conforman una rima interna muy cercana al final del párrafo. “Centro”, “paseo”, “viento”, “fresco”, contribuyen
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