Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 382 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier ascenso vocálico como deturpaciones de hablas campesinas, sociolectos bajos o raciales, estos fenómenos, vinculados al registro informal, la rapidez y la situación comunicativa de cercanía, se comprueban en el texto como generales. El rechazo explícito de rasgos asociados al bozal, en cambio, como la omisión de /-r/ y /-l/, podrían situarnos ante una variedad estigmatizada en rápida extinción 17 . Junto a la tendencia a la relajación y eventual omisión del consonantismo distensivo, los comportamientos de los pronombres (sujeto pronominal expreso de primera y segunda persona, anteposición al verbo en las interrogativas, duplicación del OI y desgramaticalización de la concordancia del clítico, pronombres átonos de tercera persona usados etimológicamente) e igualmente los usos preposicionales, tanto por omisión como por adición resultan los más caracterizadores. En relación con la distribución sociolectal, sería evidente la retrodatación de la productividad de la prótesis de sonidos y la conformación de prefijos intensificadores, de aspecto léxico o modo de acción, como caracterizadora del español rural de Cuba. En cuanto a la variación geolectal del español cubano, habida cuenta de la occidentalidad del texto estudiado, cabría plantearse hipótesis en relación con las áreas geográficas de expansión de ciertos fenómenos. Si tomamos en cuenta, por ejemplo, las escasas evidencias de lateralización de /-r/ en el texto, frente a su alto monto comprobado en la actualidad en la zona oriental (Montero 2007 18 ), podría pensarse en la expansión del fenómeno de oriente a occidente, como ya se ha propuesto para ciertas preferencias léxicas o sufijos. Para comprobarlo habría que estudiar documentos equivalentes de la misma época en la zona oriental y comparar frecuencia y distribución. Sin embargo, si atendemos a los testimonios tanto del siglo XIX 19 como de mediados del XX 20 17 N. Almendros consideraba, por ejemplo, que ya en la década del 50 del siglo XX dicha omisión solo se encontraba entre la raza negra y que la vocalización estaba extinguida (1958: 148-150). 18 En los estudios relativos al español rural cubano se evidencia un incremento de la realización lateral de /-r/ distensiva en Santiago de Cuba y Guantánamo (Montero cit.: 164). De otro lado, las investigaciones de dialectología perceptiva muestran la representación de todo el oriente cubano como lateralizador y el rechazo a ese comportamiento (Sobrino et al. : 2012). 19 Pichardo, en el prólogo a la segunda edición de su Diccionario provincial y refiriéndose a los que califica de defectos de pronunciación “no comunes á toda la Isla ni á todas las personas”, destaca que “en la Habana se oye con frecuencia pronunciar con l las voces terminadas en r, amal por amar, y viceversa, Sordado por Soldado” (1849: IV-V). 20 Almendros sustenta que en las provincias occidentales, en el habla de la gente humilde es muy común la confusión de las líquidas finales de palabra, y añade un dato más interesante aún que luego se estudiará en cuanto a las soluciones posibles entre hablantes cultos, que el autor entiende como “una especie de transacción que compromete menos” que la neutralización, y que describe como tres variantes: a) con un sonido atenuado; b) con una brevísima aspiración de resonancia nasal; c) sonido intermedio entre l y r (por-l, conductor-l)” (1958: 148-150).

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=