Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 379 – ¿Cómo hablaban los mambises? Datos para la historia... • MarlenA. Domínguez Hernández Se documenta el dativo duplicado (21a), en ocasiones desambiguador, y con desgramaticalización de la concordancia de número 15 (21b), generalmente con objeto indirecto nominal y pospuesto al verbo, fenómeno que puede ser reforzado por la lenición y omisión de la –s distensiva y por la redundancia gramatical de la marca. (21) a. le ruego al lector , no le parecerá inverosímil al lector b. darle sepultura a los muertos, darle a los compañeros . Hay muestras de formas de tratamiento pronominal no conservadas (22a), con sus correlatos verbales (22b), en alternancia con las que se expanden (22c) y las nominales, deferenciales o no (22d) , de las cuales evolucionarán en particular como peculiares cubanas, por su frecuencia, chico, a , como forma de tratamiento de confianza sin especificación de la edad del interlocutor y caballero, habitual y coloquial para dirigirse a auditorios colectivos integrados por personas de cualquier género, en procura de atención o con intenciones de mandato o exhortación . El único ejemplo hallado de voseo (22e) remite a un hablante camagüeyano, lo que refuerza los estudios posteriores (en particular el clásico de Blanco 1980). (22) a. bosotra b. podey c. no tiren ustedes d. Doña, geñorita, caballeros, chico, niño, compañeros e . Pero muchacho vos soy faino Hay abundantes ejemplos de usos no canónicos que parecen afectar al español general (RAE yASALE 2009), tales como el gerundio posterior al tiempo del verbo regente (23) y el cuyo con pérdida de su valor posesivo y despronominalizado (24). (23) resultando ser ... (24) una finca...en cuya finca , bosque...cuyo bosque Se observan igualmente muchos ejemplos no canónicos de usos preposicionales (reportados, por ejemplo, en Sánchez Lancís 2006 a y b sobre documentos antiguos y modernos). Puede tratarse de omisiones (25a), especialmente en grupos sintácticos con función local o temporal (25b) o que dan lugar a fenómenos de los más estudiados (Canet 2012, Ortega 2015) de queísmo (25c). 15 Rasgo que se mantiene hoy sin restricción sociolectal o de registro y que no se percibe como agramatical. Véase al respecto M. Pérez Rodríguez cit.
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