Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 36 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier en sus primeras doce páginas, me ha llamado profundamente la atención una prosa donde la rima consonante y las palabras repetidas abundan en exceso. Aquí parece haber de parte del escritor ya no un deseo de ritmo sino una ardiente urgencia de melodía. Doy algunos ejemplos: – En la página 4 se repite 10 veces la palabra frontera en un espacio de solo 8 líneas. – En la página 7 se acumula la siguiente rima en solo 2 líneas: poblaciones– fundaciones–disoluciones–depresiones–hombres. Los ejemplos anteriores solo ilustran la atmósfera del comienzo del texto en general. Pero además se encuentran otros muchos casos parecidos en cualquier parte de las páginas 8-12. Sin embargo, más adelante, me doy cuenta de que la rima se concentra al final de los párrafos, como en el caso siguiente: – “Pudo haberle dado un hijo así nombrado . No tenía derecho a pensarlo . La mujer de la cara de luna se lo había llevado con ella a un destino sin nombre. Tomás Arroyo había terminado ” (2002: 3). En la reciente modalidad observada por mí, es importante recalcar que terminado es la última palabra del párrafo, con la cual riman todas las demás. Veo también que Carlos Fuentes no ha tenido ningún pudor en repetir cuatro veces la rima consonante. Como la rima consonante y asonante junto con las repeticiones desaparecen en la página 12, me preocupo por ver qué pasa en los restantes párrafos de las 102 páginas del libro. De sus 268 párrafos solo 25 no están rimados, y en ellos se combina la rima asonante con unos pocos casos de rima consonante. Aquí –si alguien no escudriña– no llaman la atención las palabras rimadas. Sin embargo, volviendo al número de párrafos rimados, no sé qué pretende el autor con esta superabundancia. Tampoco discierno si esto es producto de la casualidad, de un ingenioso intento lúdico, o de una clara metodología. Pero de todos modos agradezco que Gringo viejo me haya regalado la urgente expectativa de revisar con cuidado los párrafos de muchos escritores de nuestro idioma y concluir que solo aquellos importantes (y traductores sensibles que invitan a ser elegidos entre diversas traducciones) son los que cumplen con la rima: seguramente impulsados inconscientemente por su entusiasmo melódico. Sin embargo, no me basta con saber que el fenómeno existe de manera común en los buenos escritores, solo como producto de su sentido musical. Hay que estudiar este proceso para saber por qué precisamente todo se relaciona con el párrafo. LA CADENCIA FINAL Y LA RIMAASONANTE Todavía con Gringo viejo observo que la palabra final de cada párrafo rima mínimamente con otra anterior pero bastante cercana (a no más de 3 o 4 líneas

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