Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 321 – TLEAM : la memoria lexicográfica de América • Dolores Corbella repertorios lexicográficos, sean monolingues o bilingues, dedicados a la lengua española. En su versión en dvd (de 2001) y, posteriormente, a través de la página web de la rae, se ofrece la reproducción facsimilar digital de sesenta y seis diccionarios, entre los que destacan la producción académica hasta 1992 y, sobre todo, una nómina de grandes empresas no académicas que, a partir de mediados del siglo xix, tuvieron una recepción relativamente importante al atender a las demandas de los hablantes americanos. Como afirmaba Vicente Salvá, su diccionario (y todos los que se publicaron posteriormente) venía a cubrir una laguna ya que, en el repertorio oficial, [e]s casi total la omisión de las voces que designan las producciones de las Indias orientales y occidentales, y más absoluta la de los provincialismos de sus habitantes; y ninguna razón hay para que nuestros hermanos de ultramar, los que son hijos de españoles, y hablan y cultivan la lengua inmortalizada por tantos poetas e historiadores, no sean llamados a la comunión, digámoslo así, del habla castellana con la misma igualdad que los peninsulares (1846: “Introducción al adicionador”, xiv). Águila Escobar (2007: 194), en el análisis que realizó sobre el ntlle , destaca la versatilidad del programa empleado, que facilita y recupera la búsqueda de un lema a través del repertorio íntegro o a través de una selección acotada a un periodo concreto o a un grupo de diccionarios. Sin embargo, apenas tres de los diccionarios indexados contiene una información exhaustiva sobre el léxico del Nuevo Mundo y no se dio cabida a ninguna obra lexicográfica específicamente americana, como la de Alcedo (1786-1789) o alguna de las ediciones que, en vida, publicó Pichardo de su diccionario cubano (1836, 1849, 1862 y 1875). 2.2. Tesoros e índices léxicos de circunscripción nacional No existen enAmérica tesoros que podríamos denominar de “pequeño dominio”, esto es, regionales (como el canario – tlec – o el andaluz – tlha –), sino que los tesoros llevados a cabo son de alcance nacional, generalmente realizados en el seno de la academia respectiva o de una institución dedicada a los estudios lingüísticos, para servir de fichero a los lexicógrafos y facilitar la tarea de redacción del diccionario diferencial correspondiente a ese país. Hasta ahora se han publicado dos índices léxicos (dos listados de voces), correspondientes a México y a Argentina. El primero sería el Índice de mexicanismos registrados en 138 listas publicadas desde 1761 , que ha conocido tres ediciones en cd-rom (de 1997, 1998 y 2000). El periodo temporal que cubre se inicia en el capítulo “De la significación de algunas voces obscuras, usadas en los minerales de Nueva España”, perteneciente a los Comentarios a las ordenanzas de minas (1761), de Francisco Javier Gamboa, y llega hasta 1996 (esto es, algo más de dos siglos). Pero, a pesar de que este Índice de mexicanismos

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