Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 320 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier Debe destacarse el programa informático aru (“lengua”, en aimara), preparado especialmente para nuestro proyecto, y que reúne los casi 150 diccionarios de americanismos (generales y nacionales) publicados desde 1975 hasta la fecha, más algunos inéditos aún, todo en formato electrónico con excelentes y ricos índices que facilitan cualquier tipo de búsqueda. Al aru, trabajo sobresaliente del Departamento de Tecnología de la Real Academia, que ha colaborado con mucho entusiasmo y no con pocos medios a este proyecto, debemos una extraordinaria agilización de la labor de los redactores (2010: xxvii). Desgraciadamente, se trata de una fuente documental de uso exclusivamente interno que, por su utilidad y alcance, algún día la asale debería poner en acceso abierto a disposición de todos. Contienen información americana asimismo otros dos grandes repertorios, el Nuevo Tesoro Lexicográfico del Español (s. xiv -1726) ( ntle ) y el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española ( ntlle ), aunque ninguno de ellos incorporó glosarios o vocabularios exclusivos, procedentes o relativos a América. El primero, continuador del planteamiento que Gili Gaya siguió en su inacabado Tesoro lexicográfico (1960), se propuso concluir “un corpus glossariorum como nunca ha tenido la lengua española”. Los primeros trabajos comenzaron en 1990 y la edición en papel del repertorio final se produjo en el año 2007, con un total de 145 textos indexados. A través de estos registros es posible realizar un seguimiento de las voces americanas –generalmente indoamericanismos– que incluyeron vocabularios y glosarios clásicos como los de Nebrija (¿1495?), Alcalá (1505), Junius (1567), Las Casas (1570), Percivale (1591), Guadix (1593), Decimator (1596), Hornkens (1599), Minsheu (1599), Del Rosal (1601), Palet (1604), Oudin (1607), Vittori (1609), Covarrubias (1611), Franciosini (1620), Mez (1670), Stevens (1706) o Bluteau (1721), entre otros (las referencias están tomadas del ntle ). Pero no incorporó entre sus fuentes, por ejemplo, el listado de dieciocho voces que PedroAntonio Fernández de Castro yAndrade (VII Conde de Lemos) recogió en la Descripción de la provincia de los Quixos (1608), en el actual Ecuador. Tampoco aparecen en este panléxico las ciento cincuenta y ocho entradas de la “Tabla para la inteligencia de algunos vocablos de esta historia”, añadida por fray Pedro Simón a sus Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias occidentales (1627). Ni se registró el centenar de palabras que, a finales del siglo XVII (en 1697), aparece como anexo del poema Alteraciones del Dariel , de Juan Francisco de Páramo y Cepeda, textos a los que podríamos añadir algunos más redactados durante ese eje temporal (desde los inicios hasta 1726) que el ntle fijó como marco cronológico. El ntlle constituye otra de esas grandes obras de referencia de consulta ineludible para la historia del léxico: es un diccionario de diccionarios, un diccionario total que contiene todo el léxico de la lengua española desde el siglo xv hasta el xx, tal y como es recogido, sistematizado, definido e inventariado por los más importantes

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