Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 318 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier 2018), tanto de pequeño dominio (regionales), utilizando la terminología de la geografía lingüística, como de gran dominio (nacionales y supranacionales), aunque no todos los resultados están accesibles en la red y son muy escasos los equipos que han podido utilizar los recursos informáticos disponibles y ofrecer una base de datos relacional que muestre los contenidos que proporciona el artículo lexicográfico debidamente etiquetados y enlazados. Aprovechando la oportunidad de que algunos de estos tesoros americanos están todavía en sus planteamientos iniciales (el de la República Dominicana, dirigido por la investigadora Mª José Rincón, o el de Costa Rica, de Mario Portilla, dentro de un proyecto para toda Centroamérica coordinado por Miguel Ángel Quesada Pacheco; el de Cuba, iniciado por el Instituto de Literatura y Lingüística “José Antonio Portuondo Valdor” (ill) (Camacho 2010), o el de Esther Hernández, centrado en el léxico de los americanismos contenidos en los vocabularios hispano-amerindios coloniales desde 1550 a 1800 – teleam – ), y teniendo en cuenta el magnífico modelo de digitalización dirigido por Maia Sherwood del Tesoro Lexicográfico de Puerto Rico , parece oportuno promover una andadura conjunta de todos los equipos implicados y de los que en un futuro se puedan agregar, para que, sin perder la singularidad de cada uno de estos proyectos individuales, se conforme una red de trabajo colaborativo sobre el desarrollo de la lexicografía enAmérica. Afirmaban Haensch y Omeñaca (2004 2 : 28) que todo diccionario es “el resultado de una serie de compromisos entre el máximum deseable y el óptimum realizable”, por lo que este proyecto deberá atender a la disponibilidad, intereses y objetivos comunes de los distintos grupos, a la vez que tendrá que definir un estándar para conseguir unificar una serie de obras heterogéneas que surgieron con planteamientos muy dispares, con el fin de lograr dar coherencia y solidez a los resultados. 2.1. Tesoros generales del español en América Aunque no pueda considerarse propiamente un tesoro lexicográfico, sino un tesoro léxico, ya que aúna la información documental con algunos –muy pocos– registros diccionarísticos, el Léxico hispanoamericano ( lha ) de Boyd-Bowman fue el primero en proceder al despojo sistemático de un conjunto de repertorios lexicográficos. El interés del investigador norteamericano se centraba en la documentación archivística, pero también incluyó los datos procedentes de algunos vocabularios bilingües indoamericanos, como el de Alonso de Molina (México, 1571) o el de Diego González Holguín (Lima, 1608), junto a los registros de determinados diccionarios monolingües más recientes del español en América, desde el Vocabulario costeño deAdolfo Sundheim (París, 1922) hasta los repertorios léxicos coetáneos que sobre la norma culta en varias ciudades hispanoamericanas se estaban realizando entre los años setenta y ochenta del siglo pasado (Bogotá, Caracas, Ciudad de México). Tras la publicación en papel del primer volumen del lha (en 1972), correspondiente a los registros del siglo

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