Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 303 – Entre palabras que cuentan historias: apuntes... • Manuel Eduardo Contreras Seitz del Período Colonial. Siglos XVI al XVIII (2013). En definitiva, diré que nuestros documentos pudiesen conformar dos grandes grupos: los que dan cuenta de las acciones de gobierno (político, militar y espiritual) y aquellos referidos a las acciones privadas (cartas personales, documentos entre particulares, relaciones de juicios, etc.). Estos últimos, especialmente, son particularmente relevantes a la hora de determinar los cambios de la sociedad en su diario quehacer –roles de sus componentes, trabajo, relaciones, educación, derecho(s), inclusive en el paisaje y entorno de la misma. Esto no es menos relevante, pues, desde la perspectiva de una historia de la lengua, si bien cada vez más el concepto de ‘español atlántico’ fue ganando fuerza como definición caracterizadora de un tipo de habla con isoglosas comunes, también es cierto que dentro del concierto hispanoamericano el acento no ha estado puesto en el Chile colonial precisamente, tanto por parte de nuestros investigadores como desde otros enclaves americanos o europeos, atención que sí han tenido otros países de laAmérica hispana, como Ecuador, Perú, Colombia, Argentina, México, por nombrar algunos. Para los investigadores nacionales, además, una dificultad no menor ha sido la formación en lo que se consideraban ‘ciencias auxiliares de la historia’, pero que también forman parte, como no, del campo de la filología: paleografía y diplomática, principalmente, pero también una sólida base –o un trabajo conjunto muy estrecho con especialistas– en la respectiva historia nacional. El empoderarse de una sociolingüística histórica, para la comprensión del rol característico de la comunidad hablante en el desarrollo del español del Chile colonial, resulta fundamental si queremos dar cuenta no sólo de las ‘reglas’ que rigen la perspectiva del cambio lingüístico en nuestra variante dialectal a través del tiempo, ni tan sólo del contexto que rige dicho cambio, si no que, y creo más importante aún, para recobrar la memoria. Los pueblos son nada si su memoria es frágil, y en nuestro país suele ser extremadamente débil. ...y porque una de las causas más principales porque este Reino está perdido es no dar noticia a Su Majestad del verdadero estado de la tierra, pretendiendo cada Gobernador, en su tiempo, ocultar sus faltas y abonar sus hechos = Su Señoría, deseando dar verdadera relación del estado de este dicho Reino, así de la manera que lo halló como del presente, quiere informar a Su Majestad de todo por extenso, para cuyo efecto da comisión y manda, a los jueces oficiales de la Real Hacienda de esta dicha ciudad, hagan la averiguación de todo lo suso dicho con las personas de más aprobación que hallaren, examinando los testigos que en la dicha razón tomaren por los capítulos siguientes... Francisco de Quiñones, Información sobre el estado del Reino de Chile (1599) En todo caso, no basta solamente con determinar una finalidad última que va a guiar el trabajo del editor, sino también, o más bien junto con ello, hay una perspectiva no menor y que dice relación con el destinatario. En primer término, se pudiese pensar que la direccionalidad principal de la edición de textos que

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=