Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 297 – Entre palabras que cuentan historias: apuntes... • Manuel Eduardo Contreras Seitz a la metodología de investigación y no al objeto de estudio 5 . Y si hemos de situarnos específicamente en el español de América, sería siempre interesante tener en consideración la advertencia que hace Frago (1999:9) en su prólogo, del cual sólo extraigo el comentario final a manera de colofón 6 : ...en lo que sigue se van a tratar unos cuantos puntos, algunos nunca trabajados hasta ahora, que juzgo básicos para una correcta comprensión de los fenómenos evolutivos conducentes al español de América. Interesa mucho, efectivamente, que su enfoque se asiente en sólidos fundamentos de racionalidad documental, por lo cual intentaré ceñirme lo más posible a lo que los textos unas veces sugieren y otras inequívocamente declaran. Pero textos acompañados de su contexto, es decir, vistos en un marco determinado tanto por la comparación dialectal como por las circunstancias y afanes que en alguna medida condicionaron los hábitos lingüísticos de quienes forjaron el español de América. Este condicionamiento dado por “las circunstancias y afanes” viene a constituir lo que muchos identificarían con una sociolingüística histórica, en sentido estricto, pero que tradicionalmente ha sido objeto de la filología que en un espectro más amplio, como bien indica Lönnroth (2017), reúne en torno a sí intereses por fenómenos de texto, tiempo e interpretación 7 . Entonces, ¿qué 5 Coseriu (1978:13-14): “el propósito de este trabajo es el de mostrar: a ) que la pretendida aporía del cambio lingüístico no existe más que por un error de perspectiva que se manifiesta fundamentalmente en la identificación –explícita o implícita– entre «lengua» y «proyección sincrónica»; b ) que el problema del cambio lingüístico no puede y no debe plantearse en términos causales; c ) que, con todo, las afirmaciones citadas se fundan en una intuición certera, pero oscurecida e interpretada equivocadamente, por el hecho de atribuirse al objeto aquello que es sólo una exigencia de la investigación: de aquí las contradicciones con que ellas se enfrentan de manera ineludible; d ) que, precisamente, la antinomia sincronía-diacronía no pertenece al plano del objeto sino al plano de la investigación: no se refiere al lenguaje, sino a la lingüística; e ) que en el mismo Saussure –en la medida en que la realidad del lenguaje se le impuso por encima y en contra de sus postulados– pueden hallarse elementos para la superación de dicha antinomia, en el sentido en que ella es superable ; f ) que, sin embargo, la concepción saussureana y las concepciones de ella derivadas sufren de una falla fundamental que les impide superar sus contradicciones internas; g ) que no hay ninguna contradicción entre «sistema» e «historicidad» sino que, al contrario, la historicidad de la lengua implica su sistematicidad; h ) que en el plano de la investigación la antinomia sincronía-diacronía sólo puede superarse en y por la historia”. 6 Respecto de los métodos, Jenset y McGillivray (2017), plantean que, precisamente a manera de evaluación y complemento de la investigación cualitativa: “We submit that the principles of quantitative historical linguistics pertain to any branch or part of historical linguistics. These principles are not only meant as guides to carrying out quantitative research, but also establish a hierarchy of claims about evidence which also encompasses non-quantitative data. In this respect, quantitative historical linguistics is just as much a framework for evaluating research as for doing research” (36). 7 Dice el autor, entonces: “philology, “the art of reading slowly,” as we have chosen to call it, does not put scholars and their academic fields in narrow pigeonholes. On the contrary, the craft of philology connects people with its breadth and interdisciplinarity that are so much

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=