Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 265 – De lexicología histórica o preámbulos… • Soledad Chávez Fajardo canarias recopiladas por Galdós (Hernández Cabrera y Samper Padilla 2003, tomando el fascimilar de 1860) y el Glosario de canarismos de Juan Maffiotte (edición de Corrales y Corbella 1993, tomando el manuscrito datado hacia 1887), entre otras fuentes. Para arritranco , además, está el sentido de “Persona de poca valía” sobre todo aplicado a una prostituta (cfr. DHECa ), documentado en Canarias en 1918 en la Serie de barbarismos de Juan Reyes Martín 21 . O sea, tenemos el mismo grupo de variantes que en su primera acepción, casi ( alitranca, alitrancas, alitranco, arretranco, arritranca, arritranco, arristranco, arritrancas ) que conectan, en una específica transición semántica, Hispanoamérica y Canarias. Lo que quedaría ahora será trabajar en la etimología y seguir estudiando las posibles conexiones entre las islas y el continente americano. Insisto: queda mucho por hacer en este vínculo. 4. VOCES QUE PARECEN DIFERENCIALES Con amadrinar estamos ante una voz patrimonial cuya frecuencia de uso es baja en la Península, mas nunca al nivel de quedar obsoleta o desusada. Por otro lado, el significado de amadrinar , si bien está dentro de una misma familia semántica, ha tenido algunas divergencias, creemos, mínimas. Veamos: tenemos en Autoridades (1726) un amadrinar como “Amansar los caballos y mulas, y hacerlos manejables al tiempo de domarlos, lo que se ejecuta poniendo la mula que se doma atada con una cuerda al pescuezo de otra mula ya hecha, en que va montando el cochero, para que de este modo se vaya amansando y haciéndose al coche y en los caballos atándolos a la cola de otro manso, en que va montado el picador que le va guiando y enseñando a andar” (Autoridades 1726: s.v. amansar ). Este tipo de definición explicativa no aparecerá más dentro de la 21 A su vez, tenemos otra acepción que la empezamos a encontrar en Rodríguez (1875) para Chile, como arritranca “denota todo lo superfluo e inútil en materia de adornos y dijes amontonados con poco gusto”. Le sigue Ortúzar (1893), que en su Diccionario de locuciones viciosas es el primero que la registra para Chile con la variante arritrancas como “Perifollos, perendengues, baratijas”. Así como Echeverría y Reyes (1900) para Chile como “perifollos, adornos excesivos o de mal gusto”. El mismo registrará Medina (1928) para Chile como “Adornos secundarios que están demás y que resultan de mal gusto”. La tradición lexicográfica de americanismos tiende a confundir las variantes, Malaret (1931 y 1946) lematiza, alitranca para Chile, fuera de la significación de retranca , como “adornos inútiles”, la cual, hemos revisado, solo aparece con arritranca y arritrancas . Santamaría (1942), en cambio, presenta parte de los parónimos. Sin embargo, incluye el peninsularismo arritranca como americanismo, desconociendo, creemos, que sería una voz peninsular. Además, como una subacepción de esta, Román informa que se usa, además, figuradamente y en plural, alitrancas “por artificio , astucia , razones falsas que se alegan para conseguir un fin”. Y se pregunta: “¿Será corrupción de alicantina : “treta, astucia o malicia con que se procura engañar o no ser engañado”?” (Román 1901-1908). Solo se sigue en el Diccionario de Americanismos de Santamaría (1942).

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