Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 263 – De lexicología histórica o preámbulos… • Soledad Chávez Fajardo hacer una diferencia, más que imponer un uso ejemplar otro. Segovia (1911) para la Argentina, extrañamente, en vez de incluir la voz en su sección de americanismos, la incluye en el apartado de argentinismos, pero señalando que la unidad léxica se usa, también, en Colombia y Costa Rica (por lo tanto, no ha revisado a Ortúzar, Rivodó y Román). En la tradición lexicográfica de americanismos, Malaret (1946) solo marca la voz para Chile; Morínigo (1985 [1966]) solo lematiza alverja como variante de arveja , sin especificar qué tipo de especie es y Santamaría (1942), en alverja , entrega los equivalentes en nombre científico y termina, sensatamente “En España […] reina la misma confusión que enAmérica en la designación de ambas legumbres”. Lo interesante, en este caso, es la escasa referencia que se hace de arveja con el valor de guisante en zonas de España, dentro de la lexicografía general. Más bien se ha insistido en el uso en Hispanoamérica. Dentro de la tradición lexicográfica europea no es hasta Alemany (1917) cuando se anuncia que en Venezuela y Colombia se usa una arverja para el guisante , es decir, para Pisum sativum . En la edición del Diccionario usual de 1925 se agrega la acepción para Chile para el arvejo o guisante , algo que se modifica y se extiende a la marca América recién en la edición usual de 2001. Moliner (1966-67) sigue marcando el valor de arveja como guisante para Chile, entre otras acepciones y en Seco et al . (1999), el artículo parte con una explicación: “Se da este nombre a varias plantas herbáceas leguminosas del género Vicia , especialmente Vicia sativa . También su semilla” (1999: s. V. arveja ). Nos quedamos con esta definición, la que nos confirma la complejidad en la nominación del referente y la necesidad, entonces, de una mayor explicación, sobre todo si en el CLAVE encontramos la única referencia, dentro de toda la tradición lexicográfica europea, fuera de lo referido en el DCECH, de arveja con el valor de guisante para el español meridional (¡!). En rigor, no queremos entrar en el estudio de Pisum sativum en España mismo, puesto que no solo en la Península, sino en todo el mundo hispánico es este un referente con una variada nominación, como hemos visto. Como sea, es fundamental, una vez más, repasar algunos repertorios lexicográficos que pueden darnos más luces respecto al problema en cuestión. Por ejemplo, Lerner (1974) hacía referencia a que “todavía se oye en el noreste de Cádiz”, así como un arvejote en Álava, arvejo y arvejana en Burgos. En el Tesoro léxico de las hablas andaluzas , se hace referencia, en El habla de Villamartín , a una planta “parecida al guisante cuyas semillas sirven para alimentar a las palomas” llamada arveja (2000) y en el ALEA, se hace referencia a una arveja en conjunto con a la almorta ( Lathyrus sativus ), es decir, no hay referencia alguna a una arveja para Pisum sativum . Sin embargo, en el Diccionario Histórico del Español de Canarias encontramos − información relevante y, lamentablemente inexistente en el resto de la tradición lexicográfica europea − que la voz se usa con el valor de guisante en Canarias, con documentación que data desde el siglo XV. Asimismo, Corrales y Corbella nos entregan una interesante observación: “Los diccionarios de la lengua (p. ej., y entre otros, el DGILE o el Dicc. Salamanca) restringen su empleo a América,
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