Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 261 – De lexicología histórica o preámbulos… • Soledad Chávez Fajardo 3. BINOMIO HISPANOAMÉRICA/CANARIAS 3.1. De la referencia: referentes y nominaciones cruzadas Seguimos con otros problemas que se dan con la dinámica de ceñirse a una ejemplaridad y, a partir de ella, obviar otras realidades. Esto se puede ver ejemplarmente con unidades léxicas que tienen que ver con la flora y la fauna. Pongamos un solo caso, como el de arveja , usada en una extensa zona hispanoamericana. Arveja que es el guisante español, preciso. En rigor, etimológicamente esta arveja y todas sus variantes vienen de la ervilia latina, étimo derivado de ervum (lo más probable es que fuese Vicia ervilia ), ya datada en el Fuero de Guadalajara (1219), nos documenta el DCECH, así como un arbeilla en algunos documentos navarros del siglo XIII también. Corominas (1944) afirmaba que este debe haber sido el significado original, el de arveja con el valor del actual guisante estándar, sobre todo por la documentación de Juan Ruiz y los glosarios de El Escorial y Toledo, así como en algunas zonas, con las variantes arveilla en Sanabria, arbeyu en Asturias, herbella en Galicia, ervilha en gran parte de Portugal, todas, en cambio, para Pisum sativum , no para Vicia ervilia , por lo que desde siempre ha habido un movimiento en los referentes (del orden de las fabales) y su nominación. El problema, en efecto, radica en llamar con la misma voz (y sus variantes), al menos, a dos referentes distintos. En lo que respecta a arveja hispana, es la nominación que se le da a la especie Pisum sativum , planta cuyas semillas también se llaman guisantes, chícharos , entre otros, en amplias zonas de España y México, sobre todo. La contrariedad, lo reflexiona Román (1901-1908), primero en nuestro catastro en reflexionar acerca de esto, es que ha sido arveja el nombre para muchos otros tipos de plantas del orden fabales, entre ellas, la algarroba europea ( Ceratonia siliqua ), la almorta ( Lathyrus sativus ), el yero ( Vicia ervilia ), la veza ( Vicia sativa ) y la algarroba ( Vicia sativa ), tal como podemos encontrar en la tradición lexicográfica europea. La unidad léxica empezó a lematizarse como alverja , así en Autoridades (1990 [1726]), con la cita de Alonso de Ovalle para Chile. El dato que aporta Terreros (1987 [ a 1767]) no tiene desperdicio, porque afirma que “en algunos lugares de Castilla se llamaba arbejos a los guisantes ”. Después de ello, un enorme silencio respecto a arveja y sus variantes hasta las codificaciones hispanoamericanas. Justamente, tenemos una primera referencia en Uribe (1887), para Colombia, quien entrega como equivalencia para arveja o alverja la veza o vicia , es decir, la Vicia sativa , comúnmente conocida como algarroba . Es interesante que Rivodó (1889), para Venezuela, incluya alverja o arveja en su sección de “Significaciones falsas”, es decir, en la sección que incorpora “voces a las cuales se les da, o agrega ordinariamente en Venezuela una significación falsa, o sea que no está conforme con el diccionario de la Academia, y que creemos conveniente rectificar” (Rivodó 1889: 267), para
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