Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 260 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier y hace referencia, por lo demás, a lo que indica Dihigo, citándolo. En la edición de 1946 el mismo Malaret indica que la voz en cuestión es peninsular 10 . Será la única información, dentro de este tipo lexicográfico, que entrega este valioso dato, dicho sea de paso. En rigor, dentro de la tradición lexicográfica de americanismos, solo Malaret da cuenta de que esta unidad léxica sería un peninsularismo en desuso en España y vigente en Hispanoamérica 11 . Justamente, achucharrar es una de las tantas voces peninsulares que no fueron incorporadas por el DRAE hasta que la voz, ya desusada o usada regionalmente, tuvo una fuerte presencia en Hispanoamérica, algo que nos lo testimonian los mismos diccionarios decimonónicos, y se terminó por incorporar en la edición de 1925, ya con la marca diatópica América 12 . Que achucharrar se usaba en España, tenemos las referencias tempranas desde el siglo XVIII, mas no de la lexicografía académica 13 . Destacamos que el Diccionario Histórico de 1933 cita como autoridades justamente los autores que hemos rastreado: Román, Echeverría y Reyes, Membreño, Segovia, Garzón, Ramos y Duarte y Cuervo, pero no hace referencia a Ortúzar, quien es el único que entrega el relevante dato de que la unidad léxica ya estaba presente en un diccionario español, como lo es el Salvá (1846) o a Dihigo. Tampoco hace referencia a la tradición lexicográfica española. Sin embargo, sí encontramos el panorama completo en el Diccionario Histórico de 1972. Quedaría en este caso desentrañar lo de que achucharrar se usa o se ha usado en Galicia y, a su vez, indagar aún más respecto a su posible uso en otras zonas. 10 Además, modifica el artículo: omite el significado de “aplastar” y agrega las dos transiciones semánticas anteriormente mencionadas: “Achicharrar, tostar” solo para Colombia y “Acobardarse, aminalarse” para México. 11 Santamaría (1942) no hace referencia al origen peninsular de la voz y solo se remite a entregar el sentido-base así como las acepciones que se han ido generando. Lo mismo Morínigo (1985 [1966]): “aplastar” para Colombia, Chile y Honduras, “achicharrarse” para Argentina y Colombia y “encogerse y achicarse” para México. Posteriormente, el DA, con este valor, solo lo marca para Honduras. 12 El DRAE empieza a lematizar la voz en el usual de 1925 con las marcas diatópicas Colombia, Chile y Honduras. Esto cambia en el usual del 2001, al modificar las marcas diatópicas en Colombia, Honduras y México y, en la edición actual, con la marca Honduras y México. 13 Terreros ( a 1767, quien define: “lo mismo que achuchar”); Salvá (1846), quien la marca como familiar (“lo mismo que achuchar”), algo que ya había mencionado Ortúzar (1893) en su diccionario; Domínguez suplemento (1869) (“achuchar”); de la editorial Gaspar y Roig (1853), donde se marca como familiar (“lo mismo que achuchar”); Alemany (1917), quien la marca como familiar (“achuchar”), así como Rodríguez-Navas (1918). El único que da cuenta de la diacronía de la voz es Zerolo (1895) quien la trata como anticuada .

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