Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 22 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier carrera se la ha ofrecido a la Universidad de Chile. Su investigación y docencia se han desarrollado en las áreas de la historia de la lengua española, la semántica y la lexicografía del español, así como en otras disciplinas de manera inaugural. Por ejemplo, en 1974 Matus dictó los primeros cursos de Lingüística del Texto y Análisis del Discurso que se ofrecieron en el país. Conocido por su generosidad intelectual y su calidad humana, Matus ha aportado de modo sustantivo a la formación de varias generaciones de especialistas en distintas áreas de los estudios hispánicos, muchos de los cuales se desempeñan hoy en centros académicos de alta excelencia. En particular, ha contribuido a la gestación de una verdadera escuela de estudios del lenguaje en la Universidad de Chile, una escuela “profunda” o “latente”, en todo caso, en el sentido de que no se autocalifica como tal; sin embargo, todos quienes hemos estudiado con Matus nos podemos reconocer efectivamente en ella. Matus ha transmitido a las generaciones hoy activas en la investigación lingüística una concepción del lenguaje y de las lenguas radicalmente humanista e historicista, basada en las enseñanzas de su propio maestro Eugenio Coseriu, uno de los más grandes teóricos del lenguaje del siglo XX, con quien Matus estudió en Tubinga, Alemania, y quien reconoció en nuestro homenajeado a uno de los mejores conocedores de su pensamiento. Inspirándose en Coseriu y su tesis de base humboldtiana, Matus entiende la lingüística como una ciencia de lo humano y, por tanto, de lo complejo. El lenguaje es un objeto distinto de los fenómenos naturales por tener su centro en el espíritu, en seres dotados de voluntad, libertad y finalidad. La complejidad del objeto, por otra parte, exige una complementariedad en las aproximaciones, nunca divorciadas. En este sentido, se trata de una concepción integralista y de tendencia decididamente interdisciplinar. Cabe hacer hincapié en que, a pesar de la inspiración filosófica idealista de este enfoque, su inclinación metodológica es positivista: busca siempre partir de la observación empírica de los fenómenos lingüísticos. Por último, el historicismo del enfoque consiste en entender las lenguas como fenómenos que se dan esencialmente en forma histórica, lo cual no refiere únicamente a la dinamicidad en el tiempo, sino a su inserción en marcos políticos, sociales y culturales concretos. Matus ha sabido aplicar de manera original y provechosa a la situación lingüística hispánica, tanto en la teoría como en la práctica, el marco epistemológico coseriano, que a su vez establece una filiación entre los estudios lingüísticos de la Universidad de Chile y lo mejor de la tradición lingüística alemana, partiendo de pensadores como Guillermo de Humboldt, y que también encontró otra vía de entrada a nuestra universidad a través de figuras señeras como Rodolfo Lenz, Federico Hanssen, Rodolfo Oroz o Ambrosio Rabanales. Todo lo anterior puede verse reflejado, por ejemplo, en uno de los grandes proyectos concebidos y dirigidos por Matus, como es el del estudio del desarrollo histórico de la lengua española en Chile durante la época colonial. En el marco de este proyecto, junto con editar un importante conjunto de testimonios para
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