Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 211 – Los Cuadernos de Londres. Encuentro de Bello… • Miguel Castillo Didier gozado, al igual que las otras cuatro novelas de gran popularidad 15 . En este punto, el juicio de Warton no coincide con la generalidad de los bizantinistas y neohelenistas que estiman que las cuatro “novelas de amor” neohelénicas nacen en la época de la dinastía paleóloga, es decir, en los siglos XIII y XIV. He aquí el extenso pasaje de Bello que comenta, o más bien repite, juicios de Warton, hoy ampliamente superados por los avances de la filología y la historia de la literatura bizantina y neogriega. Ambas disciplinas estaban en pañales a finales del siglo XVIII, en que se publica la obra de Warton. La historia de la literatura bizantina aparece como una disciplina organizada con la obra de Karl Krumbacher, quien publica su Geschichte der Byzantinischen Literatur en 1891-92 . A partir de aquella obra básica, los estudios literarios bizantinos se han desarrolla mucho, con obras como las de Émile Legrand, Henri Grégoire, Spiridón Lambros, Hans-George Beck y Herbert Hunger. Los estudios neogriegos propiamente tales tomaron gran impulso con los trabajos de Jean Psichari (1854- 1929), con obras como los Études de philologie néo-grecque. Recherches sur le developpement historique du grec (1892) y la monumental recopilación de estudios: Quelques traveaux de Linguistique, de Philologie et de Littérature Helléniques (1884-1924), 1929; las grandes ediciones de textos de Émile Legrand y Spiridón Lambros; la Histoire de la Litt é rature Grecque Moderne , de D. Hesseling (1924), que comienza en 1204; la Historia de la Literatura Neohelénica , de Constantino Th Dimarás, que empieza en el siglo X-XI. En la actualidad, se distingue claramente la literatura bizantina, escrita en la lengua arcaizante hasta 1453 y aun posteriormente a la Caída de Constantinopla (denominada literatura postbizantina); y la literatura neogriega, que nace paralelamente a las letras en lenguas romances de Occidente, en los siglos X-XI, y que plasma en la lengua nueva hablada, en el neogriego. 15 Muestra de ello son las 17 ediciones de la novela Imberio y Margarona impresas en Venecia, a partir de la primera aparecida en ese centro de emigrados griegos en 1553. Veis, N. 1943: 49. En castellano disponemos de una edición bilingüe de Florio y Platzia Flora , traducida por el profesor Francisco Javier Ortolá Salas, publicada en 1998 con un título a nuestro juicio desafortunado: Florio y Platzia Flora: una novela bizantina de época paleóloga . En realidad, las cinco novelas de amor (o “caballerescas” como a veces también se las nombra) pertenecen evidentemente a la literatura neogriega, ya que tomaron su forma en la lengua neohelénica. En realidad, las novelas bizantinas propiamente tales son las del período comneno. Son ellas Hismine e Hisminias de Eustacio Macrembolita, Rodante y Dosiclea de Teodoro Pródromo, Drosila y Caricles de Nicetas Eugeniano y Aristandro y Calitea de Teodoro Pródromo (conservada esta fragmentariamente). Estas novelas están escritas en la lengua arcaizante, la lengua bizantina. El propio profesor Ortolá les asigna como caracteres comunes el uso de la lengua arcaizante y su relación con la novela de la Segunda Sofística: “En conclusión, estas novelas que conocemos con el nombre convencional de comnenas del siglo XII o novelas en lengua culta, arcaizante, tienen una estrecha relación tanto en contenido como en toda su constitución con las novelas escritas en el período conocido como segunda sofística”. F.J. Ortolá 1998: 6.

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