Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 103 – Rubén Darío: el cuentista renovador de Azul ... • Jorge Eduardo Arellano El relato de Darío sugiere una erotización de la sensibilidad modernista basada en la rivalidad sensual de la mujer corporal que triunfa sobre la función permanente ornamental de la musa de porcelana, reducida a pedazos que crujían bajos los pequeños zapatos de Suzette . Sin embargo, el hecho de que el maridito asustado se conforma con la venganza de Suzette, no resuelve la oposición entre vida y arte que le presta tensión al relato, ni disipa la gravedad que lleva en sí el tema convencional de la creatividad masculina y la musa. El genio de Darío logra presentar esta problemática de una manera que combina la perfección del relato modernista y la auto-reflexión sobre la inherente dialéctica de su estética 86 . 11. “EL RUBÍ”: PROTOTIPO DEL CUENTO MODERNISTA Pero el cuento modernista por antonomasia de Darío es “El rubí”, en el cual Darío demuestra que la magia simpática mantiene una relación inmanente con el hombre y su entorno. Este cuento azul de gnomos devuelve –en palabras de un crítico estadounidense– “un poco de encanto a la naturaleza y también a la historia del hombre con la creencia de que toda la vida exalta una sutil magia” 87 . Así, opone al mundo real la fantasía. Derivado de las lejanas metamorfosis de Ovidio, transparenta también la lección moral de que las riquezas artificiales son ridículas y despreciables ante las verdaderas, producto de las entrañas de la tierra 88 . “El rubí” fue escrito a partir de un hecho científico: la creación artificial de rubíes y zafiros ejecutada por el químico Edmond Frémy (1814-1894). Esta noticia constituye la primera escena del relato, o denuncia del rubí falso, que refiere –en dos fragmentos de monólogo– un pequeño gnomo , o duende, presentado por un narrador básico extradiagético que Gabriela Mora denomina 1. En la segunda escena, el mismo narrador –recreando el cuento de Catulle Mendès “Les fleurs et les pierreries” (“Las flores y las pedrerías”)– describe con fascinación en tres párrafos cortos la gruta de los gnomos, a quienes había convocado sonando un cuerno. En la cueva –tapizada de piedras preciosas: diamantes, esmeraldas, zafiros, topacios, amatistas, ópalos, ágatas– yace la piedra falsa, obra del hombre o de sabio, que es peor: un rubí redondo, un tanto reluciente, como un grano de granada al sol . 86 María B. Clark: “Hasta la muerte: lo femenino y la estética en el relato modernista”, en El sol en la nieve / Julián del Casal / (1863-1893), op. cit., p. 195. 87 Howard H. Fraser: “La magia y la alquimia en ‘El rubí’de Rubén Darío”, en La literatura hispanoamericana del siglo XIX . Tucson, Arizona, Universidad de Arizona, 1974, p. 241. 88 Pilar Gómez Bedate: “Las joyas de Rubén Darío”, en Ánthropos [Barcelona], núms. 170-171, enero-abril, 1987, p. 69.

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