Las estancias magallánicas

Arturo Fuentes, que visitó el lugar en 1918, describe con gran entusiasmo la sorpresa que en esas soledades constituían la casa del administrador en la que "a merced al uso de murallas de calafate que la protegían" se había formado una avenida de unos cien metros de largo con "árboles y flores ... una cancha de tennis con piso duro ... y un huerto con una cantidad considerable de hortalizas y tubérculos"*. Al igual que con los cipreses plantados en Río Verde, San Gregario, Avelina, Tres Chorrillos, Olga Teresa, si a una buena elección del lugar se agregaban algunos cortavientos orientados debidamente, armados con ramaje de calafate o de madera, era posible recrear, cuando había la voluntad de hacerlo, un hábitat más amable para sus habitantes (Figs. 38 y 39). Con unos tres kilómetros de longitud, el más notable sistema de cortavientos en toda la región fue el de San Gregario, con alturas de hasta 5.20 m, de los cuales se conserva precariamente la mayor parte. Organización espacial Una de las características peculiares de los cascos de las estancias ovejeras de la Patagonia tanto chilena como argentina, es la de la intención en la mayor parte de ellos de establecer un ordenamiento de los distintos edificios que integran el conjunto. Esta disposición proviene, por una parte, de la observación de experiencias realizadas anteriormente en otras áreas dedicadas a la ovejería, Australia y Nueva Zelandia principalmente, además de abordar en el territorio austral lo que fue desde su origen un proceso industrial diferente al de explotaciones del tipo de granjas unifamiliares, con estructuras más orgánicas que funcionales. De aquí que sea en los cascos mayores, los de primera generación financiados y construidos por grupos empresariales, donde se aprecia tal ordenamiento espacial que responde tanto a un agrupamiento de funciones, como a un esquema efectivo y simbólico de jerarquías administrativas. En los cascos menores las exigencias productivas son muy inferiores y por ende su volumen edificado, a la vez que se simplifica el factor jerárquico lo que se traduce en agrupaciones más compactas. Una masa ganadera de 100.000 a 200.000 ovejas requiere obviamente de instalaciones de otra envergadura que las que se necesitan para 10.000 o 20.000. N,o_ quiei:e.. esto_decir que exista un patrón único en la lectura arquitectónica de los cascos magallánicos en cuanto a la agrupación de sus edificios, ni aun en las distintas estancias que pertenecieron a una misma persona o Sociedad, el caso de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. Pero sí es posible verificar la existencia de ciertos criterios uniformes que estuvieron presentes en quienes, una vez definioo el emplazamiento en el contexto de la estancia, se abocaron a integrar en un sistema predeterminado los distintos edificios a construir. Algunos cascos mayores han desaparecido casi por completo en un proceso lamentable de desmantelamiento. Es el caso de Otway en el distrito central. En Gente Grande, del complejo original en la bahía Hobbs sobrevive solitariamente la casa de administración más antigua de Tierra del Fuego construida, de acuerdo a las investiga– ciones de Mateo Martinic, en 1885 . Un poco más al norte, en Bahía Felipe, en lo que fuera el casco de la Philip Bay Sheep Farming Co. se mantiene también solitariamente *Fuentes Rabé, Ibídem. 59

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