Las estancias magallánicas
ques para agua. Está además servido por una ferrovía sistema Decauville que sirve para conducir hasta el muelle de embarque, tanto los barriles de grasa como los capones que colocan a bordo del pontón Oneida (que contaba con máquinas especiales y cámaras frigoríficas) para remitirlos congelados a Inglaterra"*. Agrega la descriptiva Memoria que: "Establecimientos análogos a los que dejo descritos, pero un poco más reducidos en su capacidad, se encuentran en las estancias de San Gregario , propiedad de don José Menéndez; de Usefull Hill, esplotada por el señor Douglas; de Otway Station del señor Saunders i en algunas otras" (Fig. 16). Las graserías se montaron para beneficiar casi exclusivamente capones y mayor– mente ovejas viejas con cuatro o cinco pariciones, elaborando principalmente sebo y grasa comestible para consumo en el centro y norte del país . El proceso consistía básicamente, como ya se ha visto, en la instalación en un galpón de grandes recipientes metálicos en los que se introducían los restos del animal para someterlos a cocción a altas temperaturas. Su período de mayor actividad se situó alrededor de 1935 para declinar posteriormente, aunque en 1944 funcionaban aún nueve de ellas. Con la notable excepción del pabellón que ocupaba la grasería en el Frigorífico Bories, y del Matadero de San Gregorio, su relevancia arquitectónica no fue significativa para los cascos patagónicos, en los cuales en general se construyeron como un agregado de los galpones de esquila con una masa ovina importante. Los frigoríficos fueron en cambio unidades industriales con perfiles arquitectóni– cos interesantes y desafíos constructivos y tecnológicos de gran envergadura. No fueron estrictamente conjuntos industriales, sino más bien plantas fabriles en las que se beneficiaron los ovinos para ser exportados como carne congelada, principalmente a Inglaterra, y en menor escala al centro y norte del país. Para su funcionamiento se necesitaba un contingente de mano de obra que podía alcanzar a las docientas o más personas, por lo que tres se ubicaron cercanos a Punta Arenas y dos inmediatos a Puerto Natales. Las faenas que duraban poco más de dos meses se realizaban una vez al año, desde mediados de febrero, una vez terminada la esquila y el aparte en las estancias, oscilando su producción en conjunto, según las circunstancias de los merca– dos externos, entre 700.000 y 1.150.000 unidades congeladas. Ubicados en la costa para el rápido tránsito de sus cámaras frigoríficas a las de los barcos, los cercanos a Punta Arenas recibían también por vía marítima las reses provenientes de Tierra del Fuego y de la Patagonia argentina antes que se construyeran allí sus propios frigoríficos . Los del sector de Última Esperanza faenaban las ovejas provenientes de las estancias chilenas y de las argentinas cercanas a la frontera. El primer frigorífico , el de Río Seco, se construyó en 1905 co~ capitales aportados por Houlders Hnos. y Co . de Londres y los magallánicos Mauricio Braun, Mateo Bermúdez y Jorge Broughan, para formar la Sociedad "The South American Export Sindícate Ltda. ", nombre que lucía con orgullo en el frente de los siete grandes galpones continuos que contenían ocho cámaras frigoríficas con sus bodegas, en los que remataba el muelle privado de la Sociedad (Fig. 17). *Guerrero Bascuñán, Mariano, Memoria que el delegado del Supremo Gobierno en el territorio de Magallanes, presenta al Señor Ministro de Colonización, Santiago, Imprenta y Librería Ercilla, 1897. 47
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