Las estancias magallánicas
cronológico y las conexiones marítimas en el Pacífico Sur, resulta natural que se produjera una transferencia de personas y tecnologías hacia la Patagonia austral. Técnicos como Cameron llegaron desde Nueva Zelandia y fueron varios los casos en los que los estancieros enviaron a sus hijos desde Chile a estudiar ganadería en el Lincoln College de Sydney. Es una relación transpacífica que se mantiene aún en varias familias de Punta Arenas. El desarrollo masivo de la ovejería australiana se produjo paulatinamente, no siendo esta actividad considerada inicialmente por los colonos, que intentaron primero introducir diferentes cultivos para autoabastecerse en esas tierras desconocidas. Poste– riormente, cuando los animales y los productos agrícolas no se adaptaron con facilidad a las condiciones del suelo, se exploró la ovejería como una posible alternativa. La primera flota con convictos y colonos llegó a Sydney Cove, donde se estableció un campamento. Luego se ocupó la isla de Norfolk con propósitos defensivos y comer– ciales, pero este asentamiento no prosperó por falta de una bahía adecuada, aunque la isla se convirtió posteriormente en un importante centro de distribución de ovejas. El núcleo original de estos animales se trajo desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica, la India e Inglaterra, estas últimas del tipo mutton, las que desde la isla Norfolk fueron enviadas a las zonas de Parramatta, Van Diemen y otras áreas costeras con praderas aptas para el pastoreo en las cuales efectivamente prosperaron, realizándose las primeras expor– taciones de lana a partir de 1880 aproximadamente. En la década de 1920 se habían importado además ovejas de la raza merino, de la que producto de cruzamientos con la Lincoln y la Corriedale de Nueva Zelandia se obtuvo la raza Polwarth. Los estancieros australianos fueron pioneros en su preocupación por mejorar la calidad de la lana, lavando los animales en forma previa y con posterioridad a la esquila y clasificándola de acuerdo a su categoría, al punto de convertirse en una amenaza para los manufactureros ingleses por la calidad del producto. Mejoraron además los rebaños descartando los animales de calidad inferior, con lo que Australia llegó a ser a fines del siglo XIX el principal productor de lana del mundo. Fueron inmigrantes europeos y autralianos los que introdujeron la explotación industrial de la oveja en Nueva Zelandia; los que tuvieron que adaptarse a manejar majadas de mayor volumen que aquellas a las que estaban acostumbrados en Gran Bretaña. Hacia 1830 arribaron a la isla Mana, cerca de Wellington, el primer centenar de cabezas del tipo Merino traídas desde Australia. Debido a las sequías que afectaron a mediados del siglo XIX y por largos años a ese país, grandes rebaños fueron llevados a Nueva Zelandia cruzando el mar de Tasmania buscando pastizales más aptos para su crianza. Las primeras Stations (estancias) a gran escala se formaron alrededor de Wellington, y luego en el área de Wairarapa en la Isla Norte arrendando las tierras a los maoríes a bajo costo, debido a una ley que prohibía la compra de propiedades a la población nativa. A pesar que éste proceso fundiario se inició en la Isla Norte, prosperó más rápidamente en la Isla Sur debido a las guerras internas de los maoríes. • En dos años se establecieron doce estancias, pero no fué hasta la década 1850-1860 que fue posible obtener los títulos de dominio de estas propiedades . Para entonces los primeros estancieros habían cuadruplicado sus inversiones y ampliado su presencia al área de Marlborough y la bahía de Hawke. Con ello se introdujo el galpón de esquila en Nueva Zelandia, como elemento fundamental en el manejo y explotación de 23
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