Las estancias magallánicas

rio o usuario. Las casas son entonces agrandadas o subdivididas, se les agregan servicios higiénicos, chifloneras, hay o bow windows, se reemplazan ventanas, se agregan algunos motivos formales y se renuevan los revestimientos exteriores e interiores o, como ha sucedido en varias estancias, se las ha desmontado y trasladado a otro lugar. A diferencia de los pabellones industriales, aparece además en la vivienda rural un factor de individualidad y asimilación de los modelos urbanos, provenientes en este caso de Punta Arenas, en los distritos centrales Última Esperanza y Porvenir, en Tierra del Fuego. Para una identificación tipológica en profundidad sería necesario identificar esos patrones urbanos y confrontarlos con los de las estancias. Es un estudio especiali– zado y de largo aliento que no es posible integrar a este trabajo. Hay sin embargo situaciones, como las de ser viviendas aisladas, comunes a la totalidad de las casas para el personal estable en los distintos cascos. En Cerro Castillo, Cerro Guido y Laguna Blanca existen algunos casos de pareo, pero no existen los pabellones continuos, recurrentes en los campamentos mineros y de la industria pesada de la época (Fig. 79). Cuando el emplazamiento del casco lo permite, cada unidad cuenta con un antejardín con cierro de madera y un cortaviento tras el cual han prosperado algunos cipreses y otras especies forestales o arbustivas (serbales, álamos, madreselvas, sauces, retamos). Hay también un traspatio destinado a la caseta sanitaria y al almacenamiento de leña para la cocina. En Peckett Harbour, Punta Delgada, Río Verde, Cerro Castillo y en la población del frigorífico Bories, estas casas enmarcan la "calle" del conjunto y conforman un microespacio urbano que enlaza la industria con el patronazgo. La totalidad de estas viviendas, en los cascos, secciones y puestos, son de madera, forradas en plancha ondulada, de planta rectangular, con un recinto de acceso al que sigue la cocina con salida al traspatio, dos o tres dormitorios y una bodega despensa en la periferia. La ampliación más frecuente es una saliente hacia el frente con un techo a dos aguas (Figs. 80 y 81). Un patrón morfológico uniforme es el de las casas de los cascos de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, en el que la chimenea de bloques o de ladrillos sobresale de la cubierta a cuatro aguas con dos respiraderos triangulares y aleros cortos, que descansa sobre un gran cajón de tabiquería de madera montado en seco. Las ventanas son de madera, de dos hojas y seis vidrios cuadrados, con un tragaluz superior y pilastras de remate sobre la plancha galvanizada. La ventana de guillotina fue reemplazada en las ampliaciones por las de tres hojas como un signo de modernidad. Sin concesiones estéticas, la construcción es de buena calidad realizada para enfrentar el desgaste de la lluvia y los vientos. La superficie edificada varía entre los 70 y 110 m 2 . Las medidas son en pies y pulgadas, lo que corresponde a una lógica de las secciones de las maderas, originada en Inglaterra y conservada en el país hasta hoy. En otra demostración de la organización empresarial de esta empresa, el modelo de tres módulos se repite en la etapa fundadora desde Cerro Castillo hasta San Sebastián. Más tarde se introduce la variante del ~orredor cubierto en parte o en el total del frente, en algunas unidades de mayor superficie, a la manera de las cocinas-comedores (Fig. 82). Un cambio importante en la arquitectura de todas las casas, producto de un diseño más profesional, más elaborado y urbano, se produjo a partir de 1930 en otras estancias, propiedad de sociedades unifamiliares, tales como Brazo Norte, Río Peni- 81

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