El patrimonio arquitectónico industrial en torno al ex ferrocarril de circunvalación de Santiago: testimonio del desarrollo industrial manufacturero en el siglo XX

en 1852 es declarada ciudad, e inicia un período de protagonismo político-económico al convertirse en el puerto principal de Argentina. Con ello todo el borde costero de la ciudad se volcó hacia las actividades portuarias, mientras que la ciudad se convertía en el soporte de una compleja red de líneas férreas que recibían ferrocarriles con carga desde distintas partes del interior del país. Como intermediarios entre los ferrocarriles y los barcos de carga se levantaron en los bordes de las barrancas, grandes silos de almacenaje de granos, constituyendo el principal paisaje urbano de Rosario a principios del siglo XX. Así la ribera del Paraná se define como un límite entre la ciudad y el río, negándose al uso público por su destino portuario y ferroviario. Diversos eventos económicos, históricos y finalmente urbanos refuerzan esta situa– ción, lo que sumado al deterioro de los ferrocarriles, la llegada de vehículos de carga y la construcción de autopistas, comienzan con el ocaso del puerto, quedando grandes estructuras en desuso, las que generaron un deterioro urbano. Sin embargo, desde hace casi dos décadas, intervenciones públicas dirigidas a mejorar el espacio urbano y lamo– dificación de comportamientos sociales han provocado un proceso de reconversión. En 1947 se nacionalizan los ferrocarriles y se intenta racionalizar el trazado. El Plan Regulador de los años sesenta confirma esta actitud y se propone, además del traslado del puerto, también nacionalizado, a la costa sur, que junto a la central se destinan al rol productivo. Se desafectan algunas tierras del ferrocarril y con el cambio del modelo agroexportador por el de sustitución de exportaciones, decae el ferrocarril y el puerto, cuyo protagonismo recién es retomado en los años ochenta por los puertos privados emplazados en el área metropolitana, para exportación de granos y derivados. En rigor, las diferentes trazas ferroviarias que de una u otra forma fueron llegan– do a su puerto constituyeron un nudo que en su momento le dio gran trascendencia pero, también con el correr del tiempo, la constriñó de tal manera, que para aliviar la situación, se estudiaron y proyectaron sendos planes reguladores. En ellos se recomen– daban distintas formas de regulación económica y funcional del tránsito ferroviario y urbano. Los planificadores, preferentemente, diseñaban accesos a bajo nivel hacia las esta– ciones de pasajeros, eliminando así los pasos a nivel y kilómetros de vías, y proponían que las líneas de carga corrieran fuera del tejido urbano. El concepto fundamental tras las propuestas era que en el caso de los trenes de pasajeros, las vías férreas debían desembocar en estaciones con instalaciones adecuadas ubicadas cerca de zonas densa– mente pobladas. Por el contrario, los trenes de carga, cuanto más se alejasen del núcleo central, menores serían las molestias para la ciudad, dado que no serían un obstáculo. En síntesis, lo que se buscó en cada uno de los planes reguladores para Rosario fue: A. La construcción de una línea troncal de pasajeros que atravesara la ciudad con cruces bajo nivel con el propósito de evitar interferencias entre el tránsito ferroviario y el automotor. B. Construcción de una estación central de pasajeros con instalaciones adecuadas y en un lugar de tránsito no terminal. C. Acceso al puerto por el lado sur. 173

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