Arquitectura escolar pública como patrimonio moderno en Chile
ARQUITECTURA PUBLICA COMO PATRIMONIO MODERNO EN CHILE un conjunto de ideas que quedaron inmejorablemente expresadas en esos edificios. Así, podemos separar dos dimensiones distintas de valoración patrimonial que son relevantes en el contex- to de una discusión sobre el registro y la valoración del patrimonio: por un lado está el valor arquitectónico de las piezas específicas en cuanto respuesta edificada en su caracterización caso a caso, y por el otro, el valor se- rial de la producción completa, el valor de lo que se hizo en esos 50 años y la manera en que ello ocupa un lugar en la historia de la arquitectura chilena del siglo XX. En el primer caso, el valor patrimonial es aquel que corresponde a cada edificio , y dadas las condiciones particulares de cada uno de ellos, se llegará a resul- tados de valoración disímiles: no todas las escuelas o liceos construidos por la SCEE tienen un valor intrínse- co arquitectónico en cuanto obra puntual. Es relevante aquí, identificar periodos relacionados con las caracte- rísticas arquitectónicas de los edificios. Primero aquellas obras pertenecientes a la etapa en que la SCEE fue diri- gida por José Aracena (en un principio, junto a Gustavo Mönckeberg) las que corresponden al ámbito de esta investigación. Luego, aquellas obras donde se desarro- llaron sistemas estandarizados y prefabricados, a partir del año 1960. El resultado arquitectónico de cada pe- riodo podrá, entonces, estudiarse desde las particula- ridades de cada obra, y encontraremos algunas escue- las o liceos cuya relación con su entorno, o cuya distri- bución interior sean especialmente interesantes como respuesta a un requerimiento específico de tal o cual comunidad educativa. En el segundo caso, podremos reconocer un valor en la obra global de la SCEE independientemente del valor arquitectónico de cada una de las piezas construi- das. Lo que es relevante aquí, es el conjunto de cen- tenares de edificios repartidos a lo largo de todo Chile, construidos siguiendo ideales reconocidos por diversos gobiernos de diversas tendencias ideológicas, hacia la consecución final de un objetivo claro: otorgar espacio físico al proceso educativo. La obra de la SCEE, tanto por su claridad arquitectó- nica (en cuanto reflejo de periodos estilísticos y tecno- logías puestas al servicio de su fin último), como por el éxito que logró en conformar una serie valorable como patrimonio seriado, es un campo fértil para identificar aquellos ideales que hoy podrían servir para solucionar tantas otras necesidades que la sociedad chilena nece- sita resolver. He ahí el valor inconmensurable del patri- 101
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