Hacia una socioecología del bosque nativo en Chile

Comunes de la Mawiza – 137 agua entregados a perpetuidad a privados y empresas, pérdida de biodiversidad y bosques nativos” (Escalona et al. 2020: 13). Entrelazado en la medicina y alimentación, los afectos son un resultado sis- témico que entregan las personas a la mawiza . Entender la dimensión afectiva es un reto complejo: en la memoria de las tres generaciones se reconocen personas de carácter fuerte, determinados, con profundo sentido de familia, pero de pocas manifestaciones afectuosas hacia su propio entorno. Algunos apuntan a que este comportamiento se debe a que para ellos la más cercana manifestación de afecto era la consideración y el respeto. De igual manera, otras miradas apuntan a que el trabajo del campo y, particularmente el de “maderear” exigen cierta rudeza física que termina por templar el carácter poco afectivo de las personas mapuche. El amor es una noción compleja para los más antiguos y poco más cercana para las nuevas generaciones, quienes lo manifiestan más abiertamente entre familia. Para la mayoría, el trato considerado, el cuidado, el respeto, el auto reconoci- miento en “el otro”, englobarían su dimensión afectiva. Tales manifestaciones se dan hacia la familia y también hacia la mawiza , sobre todo por su degradación. Esto último vulnera el bienestar físico, mental y espiritual de las personas que habitan en el territorio de Panguipulli. En general, hay múltiples términos que evidencian la cercanía afectiva de las comunidades y familias mapuche por la mawiza : fuente de vida, protección, fraternidad, tranquilidad, equilibrio, amparo, lugar ancestral, hábitat de las na- ciones, espacio sagrado, recuerdo de antaño, espacio de provisión, vivienda, fa- milia, riqueza, espiritualidad, alegría, respeto, autonomía, identidad, compañía, bienestar y buen vivir. En las tres generaciones se reconoce un fuerte lazo afecti- vo por los árboles. Para algunas familias jóvenes, aunque manifiestan una cercana relación afectiva, su comportamiento hacia la mawiza está marcado por la ex- pectativa de provisión a mediano o largo plazo. Las hijas e hijos sin obligaciones familiares y, con el amparo de sus padres, manifiestan más que afecto un interés por conservar la mawiza , su propiedad y en general el territorio. Su escala de valor pasa del afecto a valorar los servicios no económicos que brinda el bosque. En contextos de degradación del bosque, la dimensión afectiva se manifies- ta en las prácticas residenciales. Así lo constatan Juan Carlos Skewes, Debbie Guerra, Susana Rebolledo y Lorenzo Palma (2020) cuando plantean que, en contextos de desposesión territorial en los interiores de Panguipulli, surgen re- brotes de la mawiza en que se articulan prácticas de regeneración del bosque en los espacios habitacionales (Skewes 2016). Así se da cuenta de una pluralidad de contextos, significados y prácticas de lo que podemos entender por bienes comu- nes mapuche (Llancaman 2020).

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