Hacia una socioecología del bosque nativo en Chile

112 – hacia una socioecología del bosque nativo en Chile una actividad estacionaria donde han tenido que realizar inversiones y esfuerzos por complementar el ciclo de su actividad. Capital social y cultural Saber local y capital social En términos del bosque nativo y su uso, las prácticas de manejo y conservación se describen como auto-adquiridas, tanto en el presente como en las labores ma- dereras en los tiempos de la explotación más intensiva, referidos en otro acápite. No se describe explícitamente herencia familiar de prácticas tradicionales en el bosque nativo, ni capacitaciones al respecto. Las prácticas no madereras de pequeños propietarios de Panguipulli tam- bién se relacionan con un tipo de experiencia que, en general, es auto-adquirida y no recibida inter-generacionalmente. Para la artesanía, por ejemplo, un artesano de Liquiñe establece que: “El tema de llegar a trabajar en la artesanía se generó por una inquietud mía de ser una persona independiente, por el hecho de no depender de un patrón. Tra- bajé apatronado pero muy pocos años, para poder realizarme como persona y poder ser dueño de mi tiempo. La artesanía la aprendí por necesidad. Yo aprendí a trabajar la artesanía con un colega Mapuche, a los quince años, y ahí empezó mi relación con el trabajo en madera”. Como se ha establecido, esta experiencia y conocimiento sobre el uso del bosque nativo, tanto maderero como no maderero, ha sido acompañado con charlas o capacitaciones que son reconocidas por los entrevistados como impor- tantes para el uso actual que se hace del bosque nativo. Lo que describe un pe- queño maderero del sector del Coñaripe es esclarecedor al respecto: “Yo fui a unas charlas, un proyecto al que nos citaron con CONAF, unos gal- pones que al final se llevaron a Panguipulli. Estuvimos un día entero en una charla, donde nos mostraron cómo se botan los árboles. Una capacitación. Nos mostraron cómo se construyen los secadores de leña, pero ¡qué va a hacer uno un secador, si cuestan tanta plata!”