Reforma Agraria chilena: causas, fases y balance

Reforma Agraria Chilena: causas, fases y balance 49 tuciones totales y parciales se devolvió el 28,4% de las tierras nacionales. En segundo lugar, se procedió a una subdivisión masiva de formas comunitarias y estatales transitorias. Por ello, entre 1973 y 1980 se entregaron 37.472 parcelas que sumaban 374.589 HRB, un 41,8% del territorio nacional. Muchos de los campesinos que recibieron estas tierras, al tener poca ayuda estatal y escaso capital de explota- ción, vendieron sus tierras. (Ver cuadro 14). Cuadro 14: N° de parcelas asignadas 1973 – 1982 Año N° de parcelas 1973 163 1974 3.804 1975 14.905 1976 10.988 1977 4.332 1978 2.288 1979-82 a- 992 Total 37.472 Fuente: ODENA (1982) Programación y Control. Departamento de Estadística (citado por Gómez, Ser- gio) a- Hasta Enero 1982 Estas parcelaciones agudizaron el proceso de diferenciación campesina, que ya se había manifestado en el período anterior. Además, es importante señalar que el escaso apoyo dado a través de los organismos de gobierno, incentivaron la venta de estas parcelas. Según ICIRA ya en 1976 cerca del 4% de los asignatarios habían ven- dido sus parcelas. 53 En tercer lugar, se transfirieron predios a 264 instituciones públicas e institu- ciones privadas sin fines de lucro, por una cantidad de 46.067 HRB, correspondiente al 5,1% del territorio nacional. Muchas de estas tierras se entregaron a instituciones militares o a instituciones ad hoc creadas ex profeso para usufructuarlas. En cuarto lugar, se vendieron 164 predios a Sociedades de Secano con el objeto de intensificar los procesos de reforestación. Ello abarcó 20.944 HRB con el 3,4% del territorio nacional. En quinto lugar, se remataron 1.278 reservas CORA, con una superficie de 23.285 HRB, con el 2,6% del territorio nacional. Además, se vendieron 114 áreas de secano con 34.463 HRB, un 4,8% del territorio nacional. La política hacia los territorios mapuche fue mucho más allá de 1980, pues se basó en el decreto Ley 2.568 dictado con el objeto de disolver sus comunidades. Por 53 Garrido R., José, (ed.) Cristián Guerrero, y María Soledad Valdés, op.cit.

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