Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
La opinión pública: Una semiosis social en cuestión - 89 2013a), corresponde a una donde el “imperio de la imagen” somete al individuo que busca su exhibición, donde “la comunicación visual se realiza hoy como contagio, desahogo o reflejo. Le falta toda reflexión estética. Su estetización es, en definitiva, anestésica” (Han, 2013a, p.31). Lo público mediatizado por los circuitos privados de los modernos medios de comunicación, de la relación unidireccional del uno a muchos, no sólo somete al gran actor del acontecimiento, los actores de la comunicación política, en una suerte de simulacro de opinión pública, sino que esas mismas tecnologías, interpelan a un otro actor molesto, y que sufre malestar precisamente porque le han privatizado a extremo su posibilidad de intervenir, más aún, intervenir con su yo. Como en un ir y venir, en el sentido de que los públicos ya no sostienen la posición inactiva (re- ceptores), sino que se rebelan revelándose , hacia un estadio de la constitución de au- dienciación pre-emancipada ; un estado donde se superpone la primeridad con la se- cundaridad, sin poder aún alcanzar su posición de interpretante del acontecimiento que programa y realiza las operaciones, en el mundo y la mundanidad mediatizada. En este sentido, lo que se estaría desintegrando, y que tiene efectos a nivel de esfera pública y de la dimensión pública en las sociedades, es un modo de ciudadanía que comienza a transformarse y que, para el caso chileno y de los países que vivieron sistema dictatoriales y/o totalitarios, responde a una forma de ciudadanía primaria, débil y cooptada por el clientelismo de la política y sus sistema de comunicación 2 . Es decir, del paso del antiguo régimen (pensemos en nuestra colonia) al nuevo capita- lismo (en sus diferentes formas), se nos filtra “el modelo” también europeo de ser y explicar la producción social del sentido, en los vastos territorios de las comarcas la- tinoamericanas, se fundaron también en un alterno, 500 años invisibilizado, el otro del que hemos heredados “mitos y leyendas” , entre otras, aquellos que cristalizaron en lo que se dice que es “la voz del pueblo”, de lo otro y de los otros; de aquello irre- conocible y que sin embargo, es parte de lo inmanente, capaz de ponerse en juego al interior de las relaciones de la cultura de masas y en la cultura política, la que hasta principio de los años 90 se denominó“cultura popular” 3 . Esa cultura, llámesele así o de otro modo, corresponde a un tipo de voz que, en la naciente sociedad de masas en superación, su consolidación y propia fractura, se instaló y construyó una escritura devenida hoy en imágenes plurales y diversas, donde lo otro parece decir algo. Y ese 2 Sennett habla de la desintegración del modo burgués, citando a Marx, Weber, Mann y Thomas. No- sotros más bien nos referimos a la desintegración de un modo de sociedad que los estados na- cionales y sus formas culturales fueron instalando y que han quedado inconcluso a partir del salto “cuántico” entre democracias burguesas - dictaduras y - “nuevas democracias” de corte neoliberal. 3 Este año recién pasado (2016) se reeditó desde “eldesconcierto.cl”, a propósito del tópico que se- ñalamos en este capítulo, el magnífico texto de Guillermo Sunkel “Razón y Pasión en la prensa popu- lar: un estudio sobre cultura popular, cultura de masas y cultura política”.
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