Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

Redes de sentido y medios alternativos - 71 Este tipo de comunicación directa, en dónde no existe mediación entre quién emite el mensaje y quién lo recibe, en dónde el soporte son los cuerpos mismos de las mujeres que realizan la caminata permite darse cuenta de manera inmediata del efecto que provoca esta forma de expresión en las personas. Cuando las mujeres problematizan sus propias situaciones cotidianas, en donde el desafío de la Huacha Feminista ha sido sacar al espacio público, a la discusión común, un fenómeno que se da en el espacio privado y que sólo sale a la luz pública cuando el hecho criminal se ha concretado, cuando se produjo el femicidio. “Yo creo que más de una persona se problematiza respecto a sus propias situaciones de violencia y sigue sin verla. Para que la violencia funcione tiene que ser así, si se ve, es distinto. El desafío nuestro ha sido sacarla del espacio privado, no sólo del hogar, sino que de la escuela, de la iglesia, de los medios, de toda la estructura que constituye el continuo de la ignorancia, y ponerla en la calle” (E48: mujer, colectivo feminista, 24/06/2015). Este acto performático busca también ser una estrategia para desnaturalizar la violencia que sufren las mujeres, violencia que ha sido naturalizada por los medios de comunicación y las diversas instituciones: la iglesia, la escuela, el Estado. Otro elemento interesante de las Caminatas del Silencio es que el contexto en el que se desarrollan también incide en la respuesta de las personas. Cuando se realizan por la calle Condell de Valparaíso es diferente a cuando caminan por la feria de Ave- nida Argentina los días domingo. Estas diferencias que no son sutiles, han llevado a la colectiva a pensar en qué hacer cuando el medio de comunicación es superado por las demandas de la comunidad. Cuando el objetivo de la caminata se ve supera- do por nuevas exigencias, mucho más específicas y profundas que ser un medio de comunicación que busca generar debate y conciencia, sino cuando se recurre a ellas en busca de ayuda concreta, denunciando que son violentadas, o que conocen a una mujer que trabaja en la feria que es agredida. Sin embargo, fue la reacción de las mujeres la que las motivó a pensar en que debían entregar herramientas más concretas y ser mucho más didácticas en sus men- sajes, pensando en un público muy específico: las mujeres que transitan en la feria. Por lo mismo comenzaron a diseñar volantes para entregar, y los fueron perfeccio- nando con el tiempo: “Primero no nos dio mucho resultado y luego hicimos uno que decía: ‘es vio- lencia cuando’ (…), así con manzanitas. Es violencia que tenga acceso a tu teléfono o que revise tu correo, es violencia que te grite, es violencia que te obligue a tener relaciones si tú no quieres, etcétera”. (E48: mujer, colectivo feminista, 24/06/2015).

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