Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
Redes de sentido y medios alternativos - 59 les entre las personas, multiplicando los medios de comunicación, han generado un doble fenómeno: que se multipliquen los mensajes de consumo e individualismo, y que resurjan lógicas alternativas de resistencia, como las descritas en el párrafo anterior. Esto no significa que la comunicación en las redes sociales digitales sea el gran agente que moviliza la opinión pública, como algunos tecnófilos parecieron proponer recientemente, pero sí que los espacios que han creado las redes sociales digitales son nuevos vehículos de esta opinión que conviven tanto con estructuras tradicionales (como los medios de comunicación masivos) como alternativas (me- dios de comunicación comunitarios, libres) y soportes análogos de comunicación (como los boletines, los panfletos y el grafiti). En nuestra investigación nos hemos planteado analizar la comunicación en este sentido más amplio, no sólo la información unidireccional de los medios de comu- nicación masivos, sino estos otros tipos de soportes que se construyen de forma ho- rizontal y que permiten la puesta en común de objetivos e imaginarios sobre futuros posibles, que difunden los conflictos que enfrentan hombres y mujeres organizados a través de diversas estructuras sociales, culturales, colectivos y movimientos socia- les. Ampliamos la noción hacia la comunicación, entendiendo que es esta perspec- tiva la que nos permite posicionarnos desde una simetría en la interlocución, que no pasa por alto el poder, la hegemonía y la disputa por la palabra, pero que sí nos introduce más variables para comprender cómo se construye la opinión pública des- de una perspectiva no hegemónica, en dónde los medios de comunicación masivos son actores presentes, pero no fundamentales, ni para construir la agenda pública, ni para determinar las tomas de posición respecto a lo que esta agenda plantea. Por el contrario, vemos cómo los actores locales del ámbito comunitario instalan agen- da propia y toman los discursos hegemónicos rearticulándolos de forma estratégica para visibilizar sus propias demandas e intereses. La comunidad como productora de opinión pública García Canclini (1995) destaca precisamente la forma en que la comunidad y su sen- tido identitario se aleja de los grandes conglomerados y unidades políticas como el Estado-Nación, para desplazarse hacia lo múltiple, lo atomizado, resultando el territorio un referente que se desplaza y se transforma en los discursos y las prácticas, donde la unidad nace de lo múltiple y lo diverso. Lo que podemos llamar comunidad en la actualidad es más que lo opuesto a la sociedad de las instituciones, ni la imagen idílica del retorno a los lazos de supuesta fraternidad en sociedades no industrializadas. En la actualidad, podemos seguir a Montero (2003) para entender que la comunidad es esa materia viva, ese tejido de
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