Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
Burguesa, plebeya, proletaria, alternativa, subalterna - 45 dentro de este espacio). Sin embargo, este razonamiento “ invisibiliza el lado mas oscuro de la modernidad, esto es, la colonialidad ” (p. 56); es decir, que la exportación del modelo europeo de libertad de la subjetividad, allí donde fue, reprodujo –en contra de los pueblos y sujetos considerados bárbaros y subdesarrollados– el mismo mecanismo de exclusión y diferenciación contra el cual antes intentó liberarse la burguesía. Esto a su vez tiene consecuencias, por ejemplo, en el modo en que las elites criollo-mestizas en America Latina han hecho uso de las tesis habermasianas para mantener sus posiciones de prestigio, privilegios y poder. Steininger (2008.), aporta una reflexión que refuerza la crítica decolonial al se- ñalar que en ninguna de las lenguas europeas existió una expresión equivalente a esfera pública antes del siglo XVIII. Citando a Hölscher, sostiene que esfera pública “ es uno de aquellos conceptos revolucionarios de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX que la filosofía de la ilustración convirtió en arma de propaganda política ” (p. 1). Con respecto a la pregunta sobre si es posible escribir una historia de la esfera pública en América Latina en el modo en que lo hace Habermas respecto de Europa e Inglaterra, Picatto (2010, p. 165) dice que la respuesta es “ un sí prudente ”. Los histo- riadores latinoamericanistas han llevado esta pregunta a las primeras fases de la vida independiente en la región, que se remontan a la primera mitad del siglo XIX. Uno de los trabajos más citados al respecto corresponde al de François-Xavier Guerra (1992), quien pone la noción de esfera pública en el centro del proceso de construc- ción de las naciones iberoamericanas. En la tesis de este autor, la sociabilidad de la élite mestizo-criolla (sus formas culturales y redes sociales digitales) fueron la clave de la experiencia hispanoamericana de esfera pública, que habría sido creada a partir de un grupo de “hombres de la palabra y de la pluma” (p. 91). En este contexto, la construcción de los Estados luego de las guerras de Independencia forma parte de un proceso civilizatorio en el que se pretende introducir de manera paulatina (y renegando de su propia cultura y sociabilidad, se entiende) a los sectores plebeyos. Ante esta lectura, la crítica de Piccato es que la lectura de Guerra está desconectada de elementos de clase, de sus intereses y relaciones económicas. Del mismo modo, señala una serie de otros trabajados recientes en que los historiadores culturales de este período hacen una crítica de la teleología de la modernización y un relato me- nos optimista de una transición de las viejas estructuras a una modernidad híbrida: “ el discurso político continuó siendo generado 'dentro de una estructura virreinal y de acuerdo a un imaginario corporativo' ” (Picatto, 2010, p. 173), “ estructurada por ins- tituciones e intereses coloniales ” (p. 178), al punto que “ la independencia no puede caracterizarse como una 'mutación cultural' democrática, sino como una renovación paradójica del monarquismo a través del republicanismo ” (p. 173). Otro elemento que critica este autor es que tanto Guerra como los latinoamericanistas estadounidenses
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=