Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

42 – Opinión pública contemporánea cialista de comunidad, “ las capacidades políticas de las identidades alternativas” o “un romanticismo cultural de izquierda que vea todas las formas de expresión cultural de base como 'resistencia '” (p. 193). Para ello, retoman de Negt y Kluge (1972/1993) el concepto de anti-publicidad ( anti-publicness ). Para estos últimos, lo importante es cambiar las relaciones de producción dentro de la esfera pública. Es decir, no es su- ficiente con la apropiación alternativa de los discursos dominantes, sino que se debe participar activamente en la “contra-producción” de una práctica mediática alterna- tiva que interviene en la esfera pública dominante. A partir de esta reflexión, Downey y Fenton adoptan para sí el concepto de esferas contra-públicas desarrollado por Fraser (1992) al menos por dos razones: la primera, porque es un concepto que pluraliza la esfera pública alternativa –remite a discursos paralelos de grupos sociales en posiciones subordinadas– y, en segundo lu- gar, porque es un término que implica “ desafiar la esfera pública dominante en lugar de simplemente ser independiente de ella ” (p. 193). La hipótesis de los autores, es que en el contexto digital la esfera pública de los medios de comunicación tradicionales se volverá más abierta a la opinión radical como resultado de la coincidencia de las crisis sociales y el crecimiento de las esferas contra-públicas virtuales: “ la relación en- tre los nuevos medios, las esferas contra-públicas y la esfera pública puede convertirse en el centro de las cuestiones de democracia y legitimidad en los próximos años ” (p. 200). El concepto de esferas contra-públicas de Fraser va a tener un largo recorrido dentro de la comunicación alternativa, como lo demuestra el trabajo editado por Rodríguez, Kidd y Stein (2009), en que varias experiencias internacionales –las ra- dios de mujeres de base en la India rural, las radios comunitarias multiculturales en Australia, la desaparición de la esfera pública alternativa de la dictadura de Pinochet producto de la desmovilización y las políticas de comunicación neoliberales, las ra- dios indígenas mexicanas, los medios mapuche en Chile, entre otros– son analizadas a partir de esta categoría y su potencialidad para comprender el valor de los medios alternativos, comunitarios, populares, de base y étnicos, son utilizados para vehicu- lizar los discursos, demandas y reivindicaciones de colectivos en condiciones de sub- ordinación material y cultural. Aunque las autoras reconocen que su investigación no responde “ a esa pregunta más amplia sobre la relación entre medios alternativos, esferas contra-públicas y esferas públicas dominantes, representación y cambio social […] proporciona detalles sobre la forma en que esos medios contribuyen a una 'multipli- cación de fuerzas' para el consiguiente cambio social ” (p. 15). Más recientemente, el austriaco Christian Fuchs (2014) ha dedicado desde la economía política algunas reflexiones a la noción de esfera pública en virtud de los desafíos planteados por los medios sociales. Fuchs hace una interpretación a contra- mano de algunos elementos de la tesis habermasiana que otros autores han critica- do. Así, señala que al poner el énfasis en el tipo de sujetos legitimados para hablar

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