Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
40 – Opinión pública contemporánea debilidad: deja fuera ejemplos de medios radicales híbridos (con elementos parti- distas, por ejemplo) o de carácter exclusivamente artístico 4 . Atton va a problematizar el concepto de esfera pública alternativa, trayendo para sí el trabajo de Downing, desde una definición de los medios alternativos “ tan- to por su capacidad de generar métodos no estandarizados, a menudo infractores, de creación, producción y distribución, así como por sus contenidos ” (2002, p. 4), con un énfasis sobre el concepto de políticas pre-figurativas (de origen anarquista) referido a que las transformaciones a las que se aspira, van cambiando el mundo al ponerlas en práctica. Para Atton, es importante analizar la economía productiva de la comu- nicación alternativa en relación con una esfera pública alternativa y la analiza desde la perspectiva de los métodos pre-figurativos de organización política. El autor entra en este tema para demostrar en qué medida la alternatividad, que para algunos puede ser vista como un gueto o como una expresión marginal, al ser vista como un conjunto de prácticas prefigurativas de producción, distribución y circulación de bienes (medios alternativos, en este caso), cambia la perspectiva y “ surge un cuadro muy diferente, donde el aparato social y cultural es tan diverso como el de la esfera pública dominante; donde la discusión, el debate y la promulgación de ideas y opiniones tienen lugar dentro de una compleja estructura articulada de economía, organización y acción social ” (p. 37). Por ejemplo, el uso distribuido o la eliminación del derecho de copia, son prácticas en que deja de existir un control centralizado de los procesos o una propiedad sobre lo creado, de manera que los circuitos de comu- nicación alternativa tienen un modo de desplegarse no solamente discursivo, sino también en términos materiales. A su vez, son estrategias que ayudan a asegurar la invisibilidad de estas experiencias para los mecanismos e instituciones de control. De esta manera, los medios alternativos crean una esfera pública alternativa no sólo a través de los mensajes que difunden, sino que también a través de sus prácticas: “ el 4 En la teoría de la comunicación alternativa de Downing es central el concepto de medios alterna- tivos radicales, concebidos como “medios generalmente de pequeña escala y en muchas diferentes formas, que expresan visiones alternativas a las políticas, prioridades y perspectivas hegemónicas” (2001, p. v). Su visión de la comunicación alternativa dentro de las sociedades modernas es más antropológica y movimientista (2011, p. xxv) que tecnológica, abarcando: “desde el teatro callejero y los murales hasta la danza y el canto […] y no meramente el uso radical de las tecnologías detrás de la radio, el video, la prensa e internet” (Downing, 2001, p. 8). También incluye “el graffiti, los botones [“chapas”], las camisetas” (p. 51), además de “los carteles, la parodia, la sátira” (p. 52). A su juicio, el valor comunicativo de estas experiencias radica “no en su contundente lógica argumentativa, sino en la fuerza estética que concentran y con la que son concebidas” (p. 52). Otro elemento clave en la teoría de Downing es la relación entre comunicación alternativa y cultura popular, en que este último concepto es concebido como “la matriz genérica de los medios alternativos radicales” (p. 10), relati- vamente independiente de la agenda de quienes detentan el poder, pero al mismo tiempo, acechada por la cultura de masas, así como con posibilidades de influir sobre ella. Es decir, no como una cultura pura de los subordinados, sino que siempre en permanente tensión e interpelación.
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