Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

Burguesa, plebeya, proletaria, alternativa, subalterna - 39 zonas alternativas para el debate y la reflexión radical al interior de la sociedad actual ” (Downing, 2001, p. 29), con el potencial de “ expandirse al punto de poder suplantar los procesos y estructuras de la esfera pública burguesa ” (Downing, 1988, p. 166). Tras su análisis de los medios del movimiento antinuclear en Alemania y del fenómeno social de la cultura alternativa que se había generado en torno a ellos, Downing va a señalar que el concepto de esfera pública proletaria de Negt y Kluge podría ser enriquecido una década y media más tarde a partir de estas experiencias contemporáneas de organización de los medios alternativos (ellos no hacían men- ción del lugar de los medios en esta esfera): “ la escena alternativa se ha movido a la izquierda de su usual carácter altamente universitario y racionalista ” (p. 171). Asimis- mo, sugería que otra fuente de enriquecimiento del concepto era la relación de la cultura popular con la esfera pública alternativa. En “ Radical Media: Rebellious Communication and Social Movements ” (2001), Downing retoma algunas de estas ideas, a partir del aporte que le reporta el trabajo de Arato y Cohen (1992), quienes van a sostener que en el contexto post-guerra fría la base de la esfera pública (una sola) son los movimientos sociales: “ la fusión efectiva entre la esfera pública y los movimientos sociales propuestos por Arato y Cohen (1992) aportan, al sentido algo estático y posicional de la esfera pública, precisamente la di- mensión cinética (e impugnada) que le falta a esta traducción de Öffentlichkeit . Arato y Cohen, sin embargo, no establecen diferencia alguna entre esfera pública y esfera pú- blica alternativa; para ellos, la esfera pública es necesariamente un foro democrático ” (Downing, 2001: 30). Entonces Downing otorga un valor estratégico a los movimientos sociales en la esfera pública, estableciendo al mismo tiempo una conexión entre medios alterna- tivos radicales y movimientos sociales, ya que constituyen su vía de comunicación: “ los medios radicales alternativos tienen una considerable, si no variable importancia, debido a que son ellos los que típicamente articulan y difunden los asuntos, los análisis y los desafíos de los movimientos ” (p. 30). Una vez asumida esta relación entre medios alternativos y movimientos sociales, Downing pone de manifiesto su complejidad “ no debemos perder de vista ni por un momento el hecho de que esta conversación pú- blica al interior de los movimientos sociales todavía se forma dentro de los poderosos impulsos de las economías capitalistas, los órdenes sociales basados en cuestiones de raza y las culturas patriarcales ” (p. 30). Downing avanza en su trabajo de 2001 respecto de 1984 por cuanto ve los me- dios radicales y alternativos como agentes complejos que son un poder en desarrollo y no solamente instituciones de contra-información. También avanza respecto de Calhoun, al conectar tanto los movimientos sociales como la comunicación alterna- tiva con el debate conceptual sobre la esfera pública. Sin embargo, el énfasis en los movimientos sociales de su conceptualización es una fortaleza, pero también una

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