Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
Burguesa, plebeya, proletaria, alternativa, subalterna - 33 haberlas incluido en su análisis “ podría haber pintado un retrato distinto del carácter de la esfera pública a principios de la era moderna ” (p. 104). En estas diversas críticas al constructo general de la esfera pública habermasiana se configuran varios elementos conectados entre sí. El principal apunta a su carácter fragmentado: la construcción histórica del concepto de esfera pública burguesa ex- cluye a las mujeres, los no-propietarios, los hombres no-europeos, los movimientos sociales, las formas no-letradas de conformación y circulación de la opinión pública y, en parte como consecuencia de todo lo anterior, excluye la vida cotidiana y la expe- riencia real de la mayoría de las personas. Asimismo, varias críticas dejan enunciadas las potencialidades de los desarrollos tecnológicos digitales de carácter global para reconfigurar la manera en que se constituye la opinión pública. Hay una correspondencia importante entre el concepto de esfera pública burgue- sa y lo que en el Observatorio hemos identificado como el trinomio tradicional de la opinión pública, a saber: elites-prensa-partidos. Las críticas, por su parte, se corres- ponden con esos dos agentes que hemos identificado como necesarios de incorporar a un estudio crítico y complejo de la opinión pública: contra-públicos subalternos y redes sociales digitales. De algún modo, las crítica se sustentan en una pulsión en torno a la problematización de lo que Habermas denominó esfera pública plebeya, dejándolo enunciado en la primera edición del libro y avanzando apenas un poco más en su reconocimiento y conceptualización en una posterior versión de su trabajo. El concepto de esfera pública plebeya: potencialidad y limitaciones Habermas utiliza este concepto por primera vez en el prefacio a la primera edición alemana de su libro (que es la que se traduce al castellano en 1981). Allí, sostiene que su investigación “ se remite a los rasgos que adquirieron carácter dominante en una forma histórica y no presta atención a las variantes sometidas, por así decirlo, en el curso del proceso histórico de una publicidad plebeya ” (1981, p. 38), poniendo como referen- cia de esta última a la fase de la revolución francesa ligada al nombre de Robespierre, el movimiento cartista en Inglaterra y las tradiciones continentales del movimiento anarquista. De manera que la esfera pública plebeya es entendida como una variante de la esfera pública burguesa, en que “ no son ya su sujeto los 'estamentos instruidos', sino 'el pueblo' sin instrucción ” (p. 38). Nada más se dice al respecto. En el prefacio a la segunda edición alemana de 1990 (que se publica en castellano en 2002), la esfera pública plebeya ya no es vista como una variante, sino que posee consistencia propia. Allí, reconociendo el aporte de los trabajos de E.P.Thompson y G. Lottes, Habermas dirá de ella “ es, por un lado, una variante de la publicidad burguesa, porque se orienta según su modelo. Pero por otra parte, es algo más que eso, porque despliega el potencial emancipatorio de la publicidad burguesa en un nuevo
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