Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
Burguesa, plebeya, proletaria, alternativa, subalterna - 29 cultura. En la industria de la programacion y la conciencia, pero tambien en la practica publica de otras esferas de produccion donde se despliega el poder y se genera ideologia, la conciencia de la mano de obra se convierte en materia prima y el lugar donde estas esferas publicas se realizan ” (p. 17-18). El seminario y posterior publicación editada por Craig Calhoun en 1992 a partir de la traducción del texto de Habermas a la lengua inglesa en 1989, sintetizó una serie de críticas a la obra del autor alemán. Para Calhoun la parte más importante del libro de Habermas es la primera par- te, donde éste constituye la categoría histórica de esfera pública e intenta sacar de ella un ideal normativo, destacando “ su potencial como un modo de integración social ” al concebir que “ el discurso público es una forma posible de coordinación de la vida humana, como lo son el poder del estado y el mercado ” (Calhoun, 1992: 6). Por otro lado, va a criticar la falta de habilidad de Habermas para encontrar en las sociedades capitalistas avanzadas las bases institucionales para una esfera pública que responda a la realidad del capitalismo tardío. En este sentido, dice Calhoun (1992), hay una sobreestimación de la degeneración de la esfera pública, ya que “ las consecuencias pú- blicas de los medios masivos no son necesariamente negativas en términos uniformes “(p. 32) y puede haber más espacio de lo que Habermas se da cuenta para el desarrollo de otros medios y formas de comunicación. Muy vinculado a lo anterior, Calhoun se va a referir al descuido de Habermas respecto de los movimientos sociales y su influencia en la conformación de la esfera pública, en tanto “ cruciales para reorientar la agenda del discurso público, trayendo nuevos temas a escena ” (1992, p. 37). En este sentido, acusa Calhoun, en la teoría habermasiana de la esfera pública hay “ una falta de atención a la agencia, a las luchas por las cuales tanto la esfera pública como sus participantes son activamente construidos y reconstruidos ” (p. 37). Algo similar va a manifestar Michael Schudson (1992) al señalar que la consideración de los movimientos sociales políticos –especialmente los movimientos de la clase obrera– habría enriquecido y profundizado el análisis de Habermas sobre la esfera pública en su transición del capitalismo liberal al capitalis- mo intervencionista. Otras líneas críticas relevantes en este libro, respecto del planteamiento general de Habermas, se encuentran en las reflexiones de Nancy Fraser y Nicolas Garnham. Así, Fraser sostiene que la teoría liberal de la democracia sobre la cual está basada la noción de esfera pública de Habermas pone entre paréntesis la desigualdad material y el modo en que ella afecta el nivel de acceso a la toma de decisiones. Para Fraser el supuesto liberal sobre el cual se construye la categoría habermasiana de esfera públi- ca es ficticio ya que la deliberación está siempre atravesada de la desigualdad material y cultural.
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