Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

210 – Opinión pública contemporánea Problematización teórica El estudio aquí reportado busca establecer los sentidos y prácticas de los investiga- dores/as dedicados a la investigación de OP, como forma de develar la manera en que determinados componentes engranan sus prácticas de investigación. El primer momento de dicho ejercicio supone reconocer los elementos críticos de tal vínculo entré prácticas y sentidos, sobre los cuales se examinarán las perspectivas y experien- cias de quienes producen este tipo de conocimiento referido a la OP. Una primera línea teórica sostiene que la OP es un dispositivo que encubre el verdadero funcionamiento de la sociedad en términos políticos, estableciendo una visión democrática ideal (Bourdieu, 2000a; Champagne, 2005). La encuesta trans- forma la OP sobre la base de marcos interpretativos de la realidad que disputan el sentido de lo público (Lewis, 1999), los cuales emanan de la elite y de su inten- ción de mantener el orden social bajo ciertos principios. Así, se ejecuta un proceso simbólico, que Lipari (1999) tilda de ritual, donde la encuesta construye una OP aparentemente unificada, invocando valores profundos de la comunidad. Ginsberg (2012) sostiene que la modificación operada sobre la OP en base al sondeo supone su control y pacificación, convirtiéndose en un fenómeno manejable de tipo plebis- citario. La legitimidad de la encuesta nace de su carácter aparentemente científico y representativo, encubriendo los procesos de producción de OP. De acuerdo a la perspectiva referida, la OP “real” se define sobre la capacidad de determinados gru- pos sociales de imponer definiciones en torno a lo público, al estatus social, al capi- tal de relaciones y a la posición ocupada en la estructura social (Bourdieu, 2000a; Blumer, 1982). La encuesta, por tanto, atomiza la OP, separándola en individuos: con opinio- nes de diferencial peso político, cuyas respuestas pueden no encuadrarse en las cate- gorías predefinidas en los cuestionarios y que no necesariamente han pensado los te- mas respecto de los cuales son consultados. Entendiendo que el sondeo de opinión se sostiene sobre tales falacias epistemológicas (Bourdieu, 2000a), se señala que en tal condición “la OP no existe”, o existe como un artefacto político con intereses socialmente definidos en la constitución de lo “público”. Se trata de una preocupa- ción referida a los elementos sociales y teóricos que remiten a la OP. El concepto de OP constituye una falacia política, además de sostener ciertos intereses y objetivos socialmente delimitados. La comprensión según la cual la OP es asimilada a los sondeos, identificándose con ellos, es propuesta por Allport (2009), quien buscaba fundar científicamente la investigación social en el átomo empírico que sería el individuo. De tal manera, la OP puede reducirse a las respuestas individuales dadas a las preguntas contenidas en un cuestionario. Como señalan investigadores/as exclusivamente dedicados a la

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