Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

196 – Opinión pública contemporánea de este capítulo, se aplicó entre el 28 de octubre y el 9 de noviembre de 2016, con cobertura en todo el país y los resultados fueron ponderados por sexo, edad y nivel socioeconómico. La ficha técnica publicada no da cuenta de otros detalles de la metodología. Consignemos que el acceso a internet en los hogares chilenos es del 67%, propor- ción que baja al 54% y 55% en los dos quintiles más bajos de ingreso. Este dato, sumado a la particularmente alta disposición que se requiere para contestar una en- cuesta web, hace dudar de la representatividad de la muestra y de la validez de sus resultados. Junto a éstas, existen tres encuestas periódicas, de publicación más espaciada que se ajustan de manera más rigurosa al cumplimiento de los requisitos señalados, sobre todo en cuanto al tamaño y representatividad de la muestra - sobre los 1.200 casos- y al método de recolección de la información, a través de entrevista presen- cial en hogares. Se trata de los estudios trimestrales o cuatrimestrales denominados ”Estudio Nacional de Opinión Pública” del Centro de Estudios Públicos (CEP) y “Barómetro de la política” de CERC MORI, y la encuesta anual de la Universidad Diego Portales, aunque todas ellas trabajan con cuestionarios que exceden amplia- mente la extensión recomendada para este tipo de estudios. Todas estas limitaciones técnicas de las encuestas, cuando ellas tienen la influen- cia que han logrado en Chile en el devenir político del país, tienen consecuencias negativas para la democracia. “Una mala encuesta puede inducir a los gobiernos a tomar malas decisiones de políticas públicas o a actores políticos a cometer errores en sus intentos por representar adecuadamente los intereses de la ciudadanía” (Po- veda & Sánchez, 2013). La difusión y utilización de las encuestas político-electorales La publicación de los estudios de opinión en los medios influye sobre la realidad generando hechos de consecuencias sociales, culturales o políticas. Existen varios ejemplos suficientemente clarificadores respecto de la importancia de las encuestas en el surgimiento de liderazgos, en la generación de hechos políticos y en la toma de decisiones sobre políticas públicas, por lo que, cuando ellas son realizadas deficien- temente y/o publicadas con algún tipo de sesgo, distorsionan la información que se entrega, comprometiendo la fe pública, lo que constituyen un abuso y fuente de confusión. Conviene aquí recordar algunos alcances y limitaciones de las encuestas. En primer lugar, una encuesta política es una “fotografía” del estado de la opinión pú- blica en un momento determinado y -cuando es realizada con apego a normas téc- nicas mínimas- es útil y confiable para conocer las opiniones y percepciones que

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