Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

Medios de comunicación y opinión pública - 191 Experiencias similares de errores de predicción de las encuestas los encontramos en las elecciones en Perú, Argentina y España, entre los años 2015 y 2016. Estas dudas y cuestionamientos son negativos, en primer lugar, para la “indus- tria” de los estudios de mercado y de opinión, respecto de la cual cabe lamentar la ausencia de normas técnicas y códigos éticos que regulen la actividad, como alguna vez se intentó con la creación y corta vida de la ACHOP (Asociación Chilena de Opinión Pública). En segundo lugar, son negativos para la actividad política, ya que las diferencias en los resultados de las encuestas provocan un debate absurdo en que los candidatos y/o los comandos aceptan como válidas las encuestas que les favorecen y descalifican aquellas cuyos resultados les son adversos. Ahora bien, ¿cuáles son, en nuestra opinión, las principales deficiencias de que adolece la mayoría de las encuestas políticas en Chile? Tal como ya lo señalamos, una condición indispensable para validar los resultados de cualquier encuesta –es- pecialmente las de carácter político electoral-, es que ella cumpla ciertos requisitos y estándares técnicos y éticos mínimos. En materia de requisitos técnicos, nos parece relevante destacar los relativos a la representatividad y tamaño de la muestra, las técnicas de recolección de informa- ción, la redacción de las preguntas y la extensión de los cuestionarios, respecto de los cuales, muchas encuestas que se llevan a cabo en Chile distan de cumplir con un “mínimo técnico” aceptable. En relación al tamaño muestral, la European Society for Opinion and Market Research (ESOMAR, 1989), organismo internacional de gran prestigio mundial, recomienda el empleo de muestras de 1.000 a 2.000 casos para encuestas electora- les en que se desee representar globalmente a universos mayores a 50.000 personas. Agrega que en elecciones más reñidas, que exigen mayor precisión de los estimado- res, es necesario aumentar ese tamaño. En Chile se hacen muchas encuestas en este ámbito con muestras bastante más pequeñas, como veremos más adelante. Por otra parte, respecto a la técnica de recolección de la información, la encuesta telefónica no funciona para propósitos electorales, ya que no representa al electora- do que no tiene teléfono fijo (carencia que se encuentra en incremento sostenido en todos los segmentos del país), aunque algunas consultoras hacen una mezcla de muestra entre teléfono fijo y celulares, sin ninguna explicación que permita evaluar su representatividad. Para representar con precisión a la población de un país o a su electorado, la mejor aproximación sigue siendo la encuesta en hogares, cara a cara. Además, en la encuesta telefónica, no podemos tener la verificación de que la persona que contesta es aquélla a la que, de acuerdo al diseño muestral (si es que se cuenta con uno), le corresponde hacerlo.

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