Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación

144 – Opinión pública contemporánea nacionales e internacionales, contando aún con un apoyo público suficiente. Del mismo modo, también destaca la importancia del concepto de “déficit democráti- co” ya que actualmente en muchos países el grado de satisfacción con el desempeño democrático difiere en gran medida de las aspiraciones presentadas por la sociedad (Norris, 2011). Lo que expone una vez más la disociación que hay entre los actores políticos y las ciudadanías, sobre el sentir y el devenir de la democracia que se está construyendo. De acuerdo, a lo recientemente descrito, Norris plantea un modelo general para explicar el déficit democrático. El déficit democrático contiene las demandas deri- vadas de los cambios culturales de la sociedad, intermediary account o medios de comunicación que influyen en la comprensión de los individuos sobre la democracia y el rendimiento del régimen, y teorías de las ofertas que asocian la insatisfacción pública con los procesos o desempeño político de los gobiernos democráticos. Por lo tanto, el déficit democrático surgiría en un contexto en el que convergen altas expectativas democráticas, noticias negativas sobre la política y la percepción de un rendimiento político defectuoso o fallido (Norris, 2011). Para desarrollar el concepto de déficit democrático, Norris identifica los nive- les y componentes del system support , formulado inicialmente por David Easton en la década del sesenta. El system support es definido en términos generales como un concepto multidimensional que va desde un nivel difuso hacia uno más específico. Este incluye cinco componentes: identidades nacionales (patriotismo y orgullo na- cional), aprobación de los principios y valores fundamentales del régimen (apoyo a los ideales democráticos), evaluación sobre el desempeño del régimen (grado de satisfacción con las políticas y acciones del gobierno), confianza en las instituciones del régimen (parlamento, ejecutivo, sistema judicial y FF.AA) y finalmente aproba- ción de los funcionarios y líderes políticos (Norris, 2011). Por consiguiente, para poder entender esta contribución al presente libro, es importante tener en cuenta que se parte del supuesto de que la nueva forma de par- ticipación ciudadana con respecto a la política sería respuesta de los cambios cul- turales y valóricos gracias al fortalecimiento del sistema democrático actual que ha generado y creado ciudadanos más críticos al modelo. Del mismo modo, ciudada- nos desafiantes de un marco normativo-tradicional que no da cuenta de sus reales intereses e inquietudes y que históricamente los ha marginado de los grandes deba- tes y discusiones que se dan en el país. Dado este escenario, es que los actores sociales y civiles encuentran en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), un lugar donde pueden formular su descontento e interactuar directamente con los actores políticos, especialmente en Twitter, ya que todos convergen en el mismo espacio virtual sin diferencia alguna. Teniendo en cuenta todo lo expuesto, es decir, que el sistema democrático con-

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