Opinión pública contemporánea: otras posibilidades de comprensión e investigación
La opinión pública: Una semiosis social en cuestión - 101 un siglo prácticamente en Chile), sino de las maneras de construir la radio comu- nitaria, donde el que emite pertenece al territorio, y busca equilibrar contenidos locales, nacionales e internacionales. En este sistema de audienciación comunitario o de audiencias residentes , las audiencias conciben a sus auditores como partícipes en el sistema, lo que describe una doble dimensión en el ejercicio de las audiencias: como consumidores de los bienes culturales que circulan en la programación radial y a la vez como ciudadanos con derechos sobre el medio o en un sentido más amplio, con derecho a la comunicación: “Por lo que el uso que realiza del mismo crea un lugar de consumo especifico, no com- parable a los medios de comunicación masivo por el encadenamiento productivo que la distingue. Donde emisores y receptores poseen una cultura común debido a la proximi- dad social de sus habitus, entendido como esquemas generadores a través de los cuales se percibe el mundo y como disposiciones duraderas que permiten actuar en el mismo. Estos están estructurados por la familiaridad con un medio social, en este caso un con- texto socio geográfico compartido, y por lo tanto por un imaginario cultural en común” (Yáñez & Cottet, 2011 , p.110). Podemos determinar que las relaciones sociales habituales están interiorizadas en los sujetos porque corresponde al espacio donde la producción discursiva del medio, es familiar. Estamos hablando de integración como distinción a estrategias de segmentación tan propias de la gestión de los públicos en el universo masivo de la comunicación social. Si bien, lejos se está de que las lógicas de comunicabilidad comprometan las operaciones del uno a muchos , lo que ocurre es un intento por su- perar la calidad del vínculo que caracterizó a las formas de comunicación verticales históricamente existentes, propias de desfases fuertes. Por ello, “La integración y la no segmentación editorial suministra el espacio para que quepa todo el grupo familiar” , no desagregándola, vinculándola a un concepto más general, la familia del barrio, en comunidad. Esa comunidad permite que el me- dio tecnológico de comunicación facilite una experiencia comunitaria de “compa- ñía” , ya que en la experiencia mediatizada de las personas, la radio comunitaria pasa a ser “un integrante más” . Y su modo de escribirse, el lenguaje que soporta al medio como forma de comunicabilidad (es decir, la posibilidad de un código común), es el “lenguaje coloquial, ya que es el vecino, el amigo o el familiar el que está detrás del parlante” (Yáñez & Cottet, 2011, p.111). Las audiencias residentes, no son efecto de una operación discriminatoria; y por ello, precisamente, no hay tierra fértil para procesos de segmentación que por de- fecto discriminan a priori. Existe –en el territorio– “una unidad anterior a sus dife- rencias” (gustos, edades, estatus socio-económico, educación, etc). “Sus semejanzas
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