Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe

51 mente poco en el gobierno. Con más detalle, en Argentina el nivel de confianza ronda el 31%; en Brasil 28%; en Colombia 37% y en México 34% (Edelman, 2019). Aunque, haciendo referencia a un viejo dicho, los grandes desafíos son también grandes oportunida- des. Es certero que el nivel de incertidumbre y de conflicto es muy alto, pero también lo es el hecho de que el rol del estado en la sociedad se vio fortalecido a partir del desarrollo de la pandemia. De hecho, es el mismo Edelman quien en su adelanto de primavera reveló: “Durante un tiempo sin precedentes en el que la respuesta del gobierno a todos los niveles podría significar la diferencia entre la vida y la muerte, el público está depositando su fe en el gobierno para liderar la lucha contra el virus. De hecho, los encuestados quieren que el gobierno esté al frente en todas las áreas de la respuesta a la pande- mia: proporcionar alivio económico (86%), hacer que el país vuelva a la normalidad (79%), contener Covid-19 (73%) e informar el público (72%).” (Edelman, 2020). En síntesis, frente a esta doble cuestión de posible crisis a causa de la cantidad escasa de recursos para afrontar la crisis adecuadamente y la oportunidad que representa este apoyo hacia la figura del estado, es que un análisis adecuado puede derivar en el éxito o el fracaso de un gobierno. Sin embargo, tal como quedó demostrado en este breve análisis, las variables por analizar son muchas, el panorama a abarcar es muy amplio y no existe posibilidad de garantizar que dicho análisis, por más intensivo que sea, refleje lo acontecido en la realidad. Los gobiernos entienden esta situación. Y de hecho, es una cuestión a resaltar la incorporación siste- mática de información objetiva para la toma de decisiones con el objetivo de hacer los análisis lo más ajustados posibles. Una tendencia que la pandemia potenció, pero podemos ubicarla temporalmente a finales de los años 90 con el ascenso del nuevo laborismo Inglés, abandonando los principios ideológi- cos del partido por un enfoque de gobierno pragmático, “What Works” , de toma de decisiones basadas en evidencias. En la actualidad, y mencionando como ejemplo el caso de Argentina, el rol del cuerpo de infectólogos designados como asesores del presidente Alberto Fernandez tuvieron un rol central en la toma de deci- siones en torno a la designación de la cuarentena. Tal como fue el caso de este gobierno, muchos otros países de la región tomaron esta postura. No obstante, este modelo presenta límites, no hay evidencia concluyente que dispare una solución, los instrumentos se encuentran rezagados y además los tiempos de la toma de decisión son mucho más acotados que los de una investigación adecuada. En este contexto complejo y de incertidumbre, el éxito de los países se conecta con la disponibilidad de evidencia del tomador de decisiones. Y siendo que los mecanismos son acotados, es necesario op- timizar la efectividad. El cómo, será analizado a continuación. UN NUEVO ENFOQUE, EL AUGE DE LO LOCAL La necesidad de recopilar buena información para selección de las mejores alternativas en términos de política pública fue, es y será una necesidad imperiosa para el éxito de la misma. Eso es innegable, aún más en un contexto como el actual, donde un error puede representar una catástrofe. En dicho sentido, tal como lo repasamos previamente, las herramientas que poseen los tomadores de decisión son limitadas dado que los instrumentos de medición se remiten a indicadores indirectos, ya sea para por ejemplo para medir el bienestar o la pobreza. La incorporación sistemática de información objetiva para la toma de decisiones reduce considerable- mente los márgenes de error. Pero esto sigue siendo insuficiente. ¿Qué hacer en un contexto donde los mecanismos son insuficientes? Optimizar los existentes, ¿cómo se optimizan los mecanismos existen- tes? Para esta pregunta existen dos potenciales respuestas:

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