Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe

42 1 ¿QUÉ ES NEARSHORING? Durante gran parte del siglo XX, las empresas buscaban manejar todos los aspectos de la cadena de producción. A pesar de que había excepciones, el enfoque más común, era diseñar y manufacturar los productos dentro de la empresa. Un ejemplo clásico de este enfoque son las cadenas de producción de Ford Motor Company (Goldense, 2018). Sin embargo, este enfoque cambió radicalmente, ya que, para 1990, el 30% de los trabajadores manufactureros de los Estados Unidos habían perdido su trabajo. Desde el fin del siglo XX, las empresas han optado por delegar la mayor cantidad de procesos produc- tivos a empresas externas. Esta practica se conoce como subcontratación (Outsource), y su principal objetivo, es optimizar los costos de producción. Paralelamente, la decisión de delegar procesos produc- tivos internacionalmente se denomina como deslocalización (Offshore). La decisión de subcontratar y deslocalizar, no son mutuamente excluyente, ya que, se puede hacer una subcontratación en otro país ( Outsource Offshore) , y también se puede hacer subcontratación en el país de origen (Goldense, 2018). Estas practicas han incrementado gradualmente desde la década de los ochenta hasta la actualidad. Sin embargo, el auge de la subcontratación se debe principalmente al deseo de las empresas por abaratar costos y agilizar la innovación. Pero también, es consecuencia de los avances en la optimización y la especialización en ciertas áreas de producción (Elix-IRR, 2017). Por otra parte, el auge de la deslocali- zación, se debe, a que, los costos de inversión, producción y tributación, son más bajos en los países subdesarrollados. Sin embargo, el modelo clásico de deslocalización, basado en la creación de redes internacionales de producción y servicios ha mostrado claros cambios durante los últimos cinco años (CEPAL, 2020). Algunas de estas transformaciones incluyen: el crecimiento de la economía China, el aumento del salario de los países subdesarrollados, la automatización de los procesos productivos, el aumento en los costos de transporte, el precio del petróleo, el crecimiento del poder adquisitivo de los países subdesarrollados , la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los cambios en los hábitos de consumo y la revolución informática (CEPAL, 2020). Además, es posible deducir que la actual crisis sanitaria y socioeconómica producida por el covid-19, exacerban estos cambios. En este sentido, los nuevos desafíos de la economía internacional provocaron que empresas multinacionales, opten por re- localizar sus instalaciones en países más cercanos a los mercados finales de consumo (Europa, Estados Unidos y Japón), y esta practica es denominada; nearshoring. Para 1980, la mayoría de las multinacionales estadounidenses tenían como objetivo corporativo hacer más del 50% de sus ganancias en mercados extranjeros. Durante esta década, muchas empresas, op- taron por la deslocalización de sus manufacturas principalmente en Asia. La practica de deslocalización tenia dos objetivos; el primero era reducir los costos de producción, y el segundo era acceder a nuevos mercados (Hamilton, 2015). En primera instancia, las compañías manufactureras se establecieron en Japón, después lo hicieron en Taiwán, China, Vietnam y Malasia (Harrington, 2012). Sin embargo, los aumentos paulatinos de los salarios y los costos asociados, hicieron que la deslocalización se volviera cada vez menos ventajosa, y han motivado a las empresas a optar por el nearshoring. La lógica detrás del nearshoring es aprovechar los beneficios de la deslocalización y reducir algunas de sus desventajas. La gran ventaja de la deslocalización, es aprovechar los bajos costos en los países subdesarrollados. Sin embargo, la deslocalización en China, el sudeste asiático y la india, tienen grandes desventajas como; diferencias horarias, altos costos de transporte, diferencias culturales, barreras idiomáticas, distancia física, y marcos legales deficientes en la protección de los derechos intelectuales. Todas estas desven- tajas, provocan que el nearshoring se vuelva más provechoso que la deslocalización (Boersen, gils, & Zantinge, 2015). Por este motivo, durante la última década, cada vez más, empresas optan por esta- blecer sus industrias manufactureras en regiones más cercanas cómo Europa del Este y Latinoamérica.

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